30 de diciembre de 2009

Fin de año asturiano

Acabo el año 2009 con una visita fugaz a Gijón, cuna de Jovellanos, y ciudad insignia del principado de Asturias que mira al mar y al futuro, a partes iguales. Hacia algún tiempo que no me paseaba por sus calles, esta vez engalanadas de navidad, o que no disfrutaba de los atardeceres en la playa de San Lorenzo, de las vistas de Cimadevilla, o de los reflejos del sol en el puerto. En esta ocasión, por fin pude conocer el famosísimo Elogio del horizonte de Chillida, una enorme mole de hormigón construida en el cerro de Santa Catalina, que hace que el horizonte sea algo más que una línea sobre el mar.
Gijón es precioso. Pequeño, acogedor, y abierto. Os recomiendo una visita a tierras astures a todos aquellos que no lo conozcáis. Porque merece mucho la pena, porque los asturianos son muy hospitalarios, porque la gastronomía es inmejorable, y porque siempre os encontraréis a gusto en Asturias.

En este post de fin de año, aunque sea asturiano, también quería hacer una especie de balance de lo que ha sido el 2009.
En cuanto al blog, finalizamos el segundo año de forma espléndida, un año en el que se ha reconocido mi esfuerzo y se ha valorado el blog. Pero de esto ya hablaré los próximos días.
En lo que respecta a mí, a la persona que está tras Yopopolin, en 2009 ha habido momentos duros, y también mom
entos inolvidables. Además de esta breve visita a Asturias, he viajado bastante. Pude conocer Alemania, enamorándome de la ciudad más hermosa que he visto nunca, Berlín. En este último mes, he vuelto a Burgos tras mucho tiempo, y he visto Madrid repleto de luces, lo que ha hecho que vea con otros ojos el caos de la capital. Además he redescubierto mi ciudad, a pesar de vivir en ella, y he seguido disfrutando de cada momento, perdido en mi montaña particular.

Ha sido un año de contrastes. De ida y venidas. De blancos y negros. De buenos y malos. De luces y sombras. De finales y comienzos. Pero también de deseos y sueños no cumplidos, que espero se realicen pronto... por ejemplo, en el nuevo año...
Mientras espero, sólo me queda desear a todo el mundo lo mejor para este 2010 que esta a la vuelta de la esquina. Hasta el próximo año!

27 de diciembre de 2009

Enredado...

El de hoy es un post diferente, creo que el primero en el que os pido ayuda, os pido que colaboréis conmigo, y no ser únicamente lectores.
Estoy buscando opciones para cambiarme de compañía de Internet, y claro, me surge un mar de dudas. Puesto que yo soy de los que necesitan informarse de todo antes de ir a preguntar, para tener todas las dudas en la recámara y poder rebatir al dependiente en su caso, me encuentro precisamente en esa fase de recopilación de información acerca de todos los proveedores y de los servicios que ofrecen.

Me estaba devanando los sesos para encontrar la forma de obtener esa información variada y objetiva, del mejor modo posible, así que pensé en vosotros: Coño! (me dije) ¡qué mejor forma de recibir esa información que pidiendo ayuda a mis amiguitos blogueros, y que me cuenten cómo les va con sus compañías correspondientes! Pues aquí estoy.

Lo primero de todo deciros que actualmente estoy con Telefónica, y aunque el servicio ofrecido es excelente, me quiero portar porque es muy caro: Más de sesenta euros todos los meses. Esa es la única pega que le pongo al ADSL de Telefónica. Las posibilidades que barajo principalmente son dos: irme a Vodafone o a Jazztel. Casi tengo descartado Orange, por pesados, como ya os conté aquí, y Ono porque no me supone tanto ahorro.

Entonces me queda Jazztel, del cual he oído pestes, y he leído miles de comentarios negativos, como que la conexión no es tan rápida, o que tardan mucho en activarte el servicio, aunque la oferta que tienen no está mal (unos 46€ precio final, IVA incluido)
Y me queda Vodafone, de cuyo Internet hablan bastante bien, lo único que no gusta mucho a la gente es el servicio de voz, es decir el “teléfono fijo” de Vodafone. Lo pongo entre comillas porque en realidad no es un fijo, sino que funciona como un móvil. Saldría bastante baratito también (unos 40€ precio final, IVA incluido). Además Vodafone te da Internet desde el primer día con un módem USB gratis hasta que te activen el ADSL, lo que es de agradecer. Pero Vodafone me echa para atrás por el servicio de llamadas, ya que he leído que cuando llamas, a los destinatarios no les sale tu número fijo sino que aparece un número de móvil, o que cuando te llaman no da tono instantáneamente.

Así que, os ruego a todos que me comentéis vuestras experiencias positivas y negativas con el operador que uséis, y especialmente a aquellos que tenéis Vodafone comentadme cómo os va con ellos y qué tal el servicio de voz, y los de Jazztel, a ver si es verdad todo lo malo que cuentan.
Necesito vuestra colaboración! Pero me temo que pese a todos mis esfuerzos para cambiar de compañía de la manera más fácil y rápida posible, voy a terminar enredado con mi próximo cambio de red.

24 de diciembre de 2009

White christmas…

Si hay un adjetivo que pueda calificar esta Navidad 2009, sin lugar a dudas es blanca. Por aquí arriba ya estamos hartos de nieve. Desde la semana pasada ha nevado cuatro días, que se dice pronto, pero se sufre lentamente. Esta misma noche volvió a nevar, y a mí lo único que se me ocurre es buscar la cámara oculta por todos lados, ¿Qué tipo de broma es ésta? Esto ya no es normal, empiezo a aborrecer el blanco, que se torna a gris y negro en cuanto la nieve se ensucia. Un asco.

Por lo demás, podemos dar por finalizada esa etapa pre-navidad, en la que la ilusión por estas fiestas prima sobre todo lo demás. Esta noche ya entramos de lleno en la celebración, y pasado mañana llegará ese sentimiento de nostalgia al darnos cuenta de que estas fechas pasan volando.

Sólo me queda desearos lo mejor en estas fiestas, disfrutad de vuestra familia y amigos, aprovechad estos momentos únicos para estar con la gente que más queréis y compartir instantes inolvidables…

¡¡Feliz y blanca navidad!!

P.D: Los que no tengáis nieve, os queda soñar con unas navidades blancas…

21 de diciembre de 2009

Madrid, Madrid, Madrid...

Ya estoy de vuelta en León, o su nuevo nombre, la ciudad del hielo. En Madrid hizo mucho frío, pero lo que me encontré ayer al bajarme del tren, no fue la capital leonesa, fue la capital de Siberia! La nieve congelada se agolpa por toneladas en las aceras, el hielo persiste aún en las carreteras, y por eso la unidad militar de emergencia ha acudido de nuevo en nuestra ayuda. Ya no sé cuántas van…

Os preguntaréis qué tiene que ver el clima con mi fin de semana en Madrid… pues mucho! Porque las condiciones climatológicas adversas marcaron mi viaje de principio a fin. En el viaje de ida, estuvimos una hora parados en Valladolid, mientras “arreglaban” el tren or something like that. Algo le debió pasar con tanta nieve, pero nadie nos informó de nada. El resultado fue que llegué a Madrid una hora más tarde. Y a la vuelta, cuando todo parecía ir bien, nos informan de que tenemos que cambiar de tren de nuevo en Valladolid Campo Grande, debido a las con
diciones del tiempo, ¿pero qué me están contando? si ya no nevaba! En fin… lo peor es que si la culpa la tiene el clima no se hacen responsables, y no puedes reclamar nada por los retrasos… y lo más gracioso es que desde Renfe no te aclaran nada, y sólo se limitan a decir “Esperamos que vuelva a depositar su confianza en nosotros” Nos ha jodido! si queremos viajar en tren no nos queda más remedio…

Dejando a un lado los accidentados viajes en el Alvia, la estancia de tres días en Madrid me ha servido para desconectar y para disfrutar del ambiente navideño de la capital. También aproveché para comprar lotería, terminado en 3, que todos dicen que este año acabará el gordo en ese número. Al final sí supuse bien y nos dimos una vueltecita por Sol para empaparnos al máximo del lugar navideño por excelencia. Nos acercamos a Preciados, que estaba igual de abarrotado que en la foto del otro día (como podéis comprobar), aunque no compramos nada. Ah, y en el paseo por Preciados, nos encontramos con toda una estrella! Nos cruzamos con la reina de la canción melódica española… y no es otra que Tamara/Ámbar… o Yurena, creo que es su tercer nombre. Iba toda divina, con un supermoño, y es altísima, o al menos lo parecía… aunque no me fijé en sus tacones… ya veis, me codeo con lo mas granado del artisteo nacional.

En cuanto pudimos, fuimos corriendo a cenar al VIPS, un sitio que me encanta, y que desgraciadamente no puedo disfrutar todo lo que me gustaría, ya que aún no hay en León. Me gusta mucho ese aspecto de restaurante de postín contrastando con los precios más que asequibles de la carta… Después salimos por la zona de Malasaña, por donde nunca me había movido, y la verdad es que tiene mucho encanto.
El domingo comimos en una típica taberna madrileña con sus fotos de toreros y todo, por la zona de Huertas, sino recuerdo mal… Degustamos raciones cien por cien españolas, todo estaba buenísimo, y más regado con una buena sangría! Acabo de comprobar que todavía se me cae la baba al recordarlo…

Pero en apenas tres días no me ha dado tiempo a mucho más. Estar con los amigos (esa era la buena compañía, malpensados!), comer y beber entre risas todos los días, ir de compras (o al menos intentarlo), disfrutar de la vida nocturna de la capital, y pasear por las resplandecientes calles de Madrid, que esconden más encanto que nunca… En tan poco tiempo, no se puede pedir más.

17 de diciembre de 2009

Consumismo navideño...

Este año me he decidido a hacer las compras navideñas antes de que me pille el toro, a ver si consigo no dejarlo todo para el último momento, que es lo que me pasa siempre…
Y estos días, he estado pensando ideas para regalar, mirando por todos lados, y recorriendo las tiendas, con calma y con tranquilidad, y sin el agobio de los últimos días. Me gusta tomarme mi tiempo, disfrutar del grandioso placer de regalar, porque me encanta ese período de devanarte los sesos pensando que querrá esa otra persona, si le gustará, e imaginar la cara que pondrá cuando desenvuelva el paquetito.

Pero al final, aunque tenía todo el tiempo del mundo, el toro me va a pillar igual… No tengo todos los regalos, y aún queda mucho que comprar, así que sino cambia la cosa, el 24 por la mañana (o por la tarde…) estaré todavía inmerso en la vorágine consumista. También aprovecharé, supongo, este fin de semana para ir de comparas por Madrid. Porque mañana temprano me voy a la capital a pasar tres días en buena compañía, y empaparme del ambiente navideño de la gran ciudad. Nunca he estado en Madrid en estas fechas, y tiene que estar muy bonito. Pero entre comidas, salidas, visitas y fiestas, no sé si nos quedará mucho tiempo en escasos tres días para comprar, aunque ahí está la intención, y supongo que una vuelta por Preciados sí que nos daremos… Por otra parte, quizás sea un poco arriesgado comprar en Madrid algo que luego no sé si le gustará a su destinatario, y que tal vez tenga que ser devuelto (con el claro inconveniente de tener que ir a devolverlo a Madrid, si esa tienda no está por aquí…) Así que no sé…

Además de los regalos, está el despilfarro alimenticio. En mi casa ya están esperando los turrones, los polvorones, los bombones y dulces navideños en general… Bueno, para ser sinceros, algunos no hemos podido esperar más, y algún trocito de turrón ya hemos probado… Pero es que siempre me pasa, antes o después de navidad es cuando más me apetecen! En plenas fiestas, estás tan empachado y saturado de exquisiteces culinarias, que lo que menos importa es el turrón! Aún así, esa estampa navideña, con al arbolito y la mesa de nochebuena puesta, mientras saboreas un buen turrón de Jijona… no tiene precio. Uno de los mejores momentos del año…

Y es que como ya sabéis de sobra, me encanta diciembre. Adoro la navidad y todo lo que conlleva, me gusta regalar, y un poco también ser regalado, disfruto paseando por las calles y por los centros comerciales, y levantar el país consumiendo, comprando detalles y regalos para mis seres queridos… Además los diciembres vienen acompañados de la nieve, que hace deslumbrar cada rincón de la ciudad. Y es que aquí hoy han caído más de 30cm del blanco elemento, seguro que hoy veréis León en los telediarios

De momento, me despido hasta el lunes que viene, día en el que os contaré qué tal me fue por Madrid… Mientras tanto aprovechad al máximo este ambiente pre-navideño, porque al final es casi lo que más se disfruta, y se pasa volando…

14 de diciembre de 2009

Donde va, triunfa!


Si a Homer le preguntarais cuál es el sitio que más le gustaría visitar del mundo, él respondería, (tras dudarlo unos segundos, por supuesto) que una fábrica de cerveza! En Springfield, sería una visita a las instalaciones de Duff, pero en la vida real nosotros tenemos San Miguel.
Cual Homer emocionado, me fui a Burgos a visitar la fábrica de cervezas San miguel, con mis compañeritos de clase, en armonía y paz. La profesora responsable nos dejó a nuestras anchas pasando de nosotros como de la mierda seca… lo cual le agradezco en el alma.

Tras las dos horitas de rigor en autobús, nos plantamos en Burgos dispuestos a ver el proceso de fermentación de la cerveza, que es lo que más nos interesaba para ampliar los conocimientos adquiridos en la asignatura de Microbiología, pero no, craso error! Resultó que esa parte de la planta cervecera estaba en obras, y nos tuvimos que conformar con ver como metían la cerveza en botellitas y latitas. Migajas.
La amena visita corrió a cargo de una hiperactiva mujer que hacía las veces de guía y que se ponía a bailar en cuanto sonaba la musiquita de un móvil (no exagero en absoluto, mis ojos tuvieron que verlo así…) Conocimos al maestro cervecero, cuya función principal no me quedó del todo clara, pero que es el que más sabe de cerveza, y que nos explicó el proceso cervecil, mientras la hiperactiva mujer hacia honor a su nombre y nos deleitaba con un sin fin de muecas a cada palabra del maestro (cervecero, se entiende…) De hecho, parecía la intérprete del leguaje de signos de los informativos, pero sin tener zorra idea del mismo… Muy surrealista todo…

Tras la visitilla rápida nos quedaba lo mejor: Un aperitivo para probar las cervezas fabricadas en la planta: todas las variedades de Mahou y San Miguel (sí, porque nos enteramos de que pertenecen al mismo grupo y se fabrican en el mismo sitio, por temporadas) acompañadas de un montón de manjares para picotear! Piscolabis, le llaman, qué gran palabra del castellano!
Y con este broche final terminamos la que podemos catalogar como "San Miguel experience", no sin antes llevarnos debajo del brazo los botellines de cerveza que quedaban sin abrir, (algo muy español también, no hay duda…) ya que mejor en la buchaca, que encima de la mesa cogiendo polvo y esperando ser abiertas...

Pero como con esto no nos conformamos, nos fuimos a Burgos a tomarnos unos cafeses para rematar la tarde. La profesora desapareció de nuevo, y dejó el resto del viaje en nuestras manos. Con el autobús a nuestra disposición, decidimos hacer una parada en tan bella capital, para recorrer sus calles y deleitarnos con sus vistas.
Merodeamos un poco por el casco histórico, lo justo para hacerle unas fotos a tan grandiosa catedral, casi tan hermosa como la de León (permitidme este comentario como leonés que soy), cruzar el arco de Santa María, pasear por sus calles empedradas, o descubrir el encanto de la que se conoce como Plaza mayor. No hubo tiempo para mucho más, la tarde pasó volando y llegó la hora de partir… Absorbiendo los últimos rayos de sol, nos subimos de nuevo al autobús rumbo a León.
Desde ahora ya puedo decir, sin miedo a equivocarme, eso de… San Miguel: donde va, triunfa!


11 de diciembre de 2009

Que la suerte te acompañe…

Mejor dicho… ¡nos acompañe!

La navidad ya esta aquí! Las calles iluminadas, los villancicos sonando en las esquinas, las sonrisas pintadas en la cara de los niños, los arbolitos navideños en las casas, y la lotería de navidad repartiendo ilusión! Y es que no hay mejor manera de comenzar bien estas fechas tan señaladas que con la lotería de navidad! Y es verdad que jugamos año tras año y nunca nos saca de pobres, pero es una tradición tan nuestra, que forma parte de nuestras vidas…

Todo esto viene a cuento de que mis amigos Shopgirl y Centollo desde sus blogs me han pasado un poquito de suerte en forma de décimo de lotería, un décimo con el que puede participar toda la comunidad bloguera con tan sólo escribir un post como éste y seguir la cadena… El número con el que jugamos es el siguiente:


Las condiciones de participación, y todo lo relativo a esta original iniciativa, se encuentran aquí. Así que, por mi parte, voy a seguir repartiendo suerte a:
- Anna
- Claire
- Shinichi
- Lunaria
- Ayla

7 de diciembre de 2009

Sebastian´s voodoo

Otra prodigiosa pieza de animación, una nueva obra maestra, arte digital en estado puro, una banda sonora inmejorable, una calidad técnica y de imagen apabullante, una pequeña gran película en la que podemos palpar y respirar cada detalle...

Todo esto es Sebastian´s voodoo, un corto animado que pone los pelos de punta, y que ha recibido más de 50 premios a lo largo y ancho del planeta. No me extraña nada, porque es simplemente alucinante.
Con maravillas como ésta, ¿Quién se atreve a decir aún que la animación es cosa de niños?

4 de diciembre de 2009

Acuario

Mis últimos siete días han sido a jornada completa, casi sin tiempo ni de respirar, y dedicado en exclusiva a cumplir ciertos compromisos pseudo profesionales. Pero la semana termina, y con ella, el agobio y el ajetreo. Además se vislumbra un puente de lo más productivo, a pesar de que mi horóscopo no me ha dado señal alguna de por dónde van a ir los tiros. Sí, amigos, sí, en los últimos días he sufrido una especie de mutación, y he pasado de reírme en la cara de aquel que leía el horóscopo en busca de respuestas, a hacerlo yo diariamente, casi con la misma convicción. Bueno, a tanto no llego, pero es cierto que esta semana el horóscopo ha acertado de un modo tan eficaz, que me he llegado a asustar…

Resulta que en la facultad todos los días regalan los periódicos ABC y El mundo, (debe ser que no los venden, o algo…) y no es que me entusiasme ninguno de los dos, para qué engañarnos, pero yo siempre suelo coger El mundo, ya sabéis, lo mejor de lo peor… La verdad es que la mayor parte de los días que había leído el horóscopo anteriormente, nunca se arriesgan más allá de esas típicas frases generales de no más de cinco líneas, que no dicen nada. La de hoy, sin ir más lejos:

Acuario: Desaprueba la negligencia con respecto a los problemas puramente materiales y la curiosa manera de administrar el presupuesto de subsistencia.

Vale, pues ni siquiera le veo el sentido, me quedo igual, no me dice nada. Pero el día que empecé a tener la mosca detrás de la oreja, fue cuando posé los ojos sobre Acuario, y entre otras cosas ponía: “Día propicio para el estudio de las ciencias” Y me dije, coño! precisamente hoy que voy a tener que chapar hasta las mil! Qué casualidad. ¿Y qué pasó? Que fue el día que más y mejor estudié de todos. ¿Casualidad? ¿Sugestión? Creí lo segundo, y punto.
Pero esto no termina aquí, durante los días siguientes, una serie de causalidades, (si es que lo son…), se sucedieron. Día de exponer ante todos tus compañeros un seminario, el horóscopo decía algo así como: “Tienes la necesidad de exponer tus ideas ante los demás, para demostrar tus conocimientos” No me digáis que no es muy fuerte, que aparecía incluso la palabra exponer! El peor día de toda la semana, cuando el estrés y los nervios hicieron acto de presencia por todo lo que estaba por venir, el horóscopo señalaba: “Los nervios intelectuales parecen haber llegado” ¿Pero qué broma es ésta?

Dar en el clavo un día tras otro me mosqueó profundamente. Así que, voy a darle un margen de desconfianza, porque si no, voy a acabar creyendo a pies juntillas en algo que siempre he tildado de farsa. Además, no puede ser que una persona de ciencia como yo, se deje llevar por cuatro frases mal dichas que se pueden aplicar a cualquier persona, y casi a cualquier situación. O no… ya no sé… ¿Demasiada casualidad?

P.D: Acabo de leer la descripción de los acuarios, y la cosa va a peor, no puede ser… me ha clavao! xD

Un acuario es simpático y humanitario. Es honesto y totalmente leal, original y brillante. Un acuario es independiente e intelectual. Casi todos los acuarios son inteligentes, claros y lógicos. Lucha por causas buenas, soñar y planificar para un futuro feliz, aprender del pasado, los buenos amigos, divertirse. Un acuario tiene un sentido de unidad con la naturaleza, y un deseo para el conocimiento y el saber, que le puede llevar a ser un excelente científico, astrónomo o historiador. También tiene facilidad para trabajar en cualquier campo técnico. Los acuarios suelen ser buenos escritores, maestros y asistentes sociales o psicólogos.
Por el lado negativo, un acuario es impredecible, y tiende a llevar la contraria. Es poco emocional y no comprende la complejidad emocional de algunas personas y tampoco la traición entre amigos. A un acuario no le gusta las promesas de aire y tampoco le gusta sentirse solo. No le gusta lo cotidiano, ni tampoco las imitaciones. Prefiere ver lo que hay. A menudo les toca vivir la desilusión emocional, porque sus ideales personales les llevan a exigir más de su pareja de lo que es razonable

30 de noviembre de 2009

Arte efímero

Hace unos días la descubrí por casualidad en Youtube, y me dejó fascinado. Esto es arte, y lo demás son tonterías! Kseniya Simonova es la ganadora del Tu sí que vales ucraniano, gracias a sus dotes para crear historias, emociones y sueños, con un puñado de arena.

Lo que hace esta mujer, es increíble. Al ritmo de la música comienza a narrar, a dejar fluir el arte, únicamente con imágenes efímeras de arena que se van transformando unas en otras mientras el tiempo se derrama entre sus dedos. Consiguió ganar el consurso al pintar con arena una bella pero dura animación de la invasión alemana de Ucrania durante la II Guerra Mundial. El resultado, además de alzarse con el premio, fue emocionar a cientos de personas, que acabaron llorando a lágrima viva con esa impresionante historia. Mirad, y disfrutad.

26 de noviembre de 2009

El enigma de los bostezos…

¿Por qué son contagiosos los bostezos? Seguro que es una pregunta que os habéis hecho más de una vez, y parece ser, que a día de hoy sigue sin tener respuesta. Resulta sorprendente que conozcamos hasta el último nucleótido del genoma humano, que se estén descubriendo las enormes posibilidades de las células madre, por poner dos ejemplos, y que algo tan cotidiano del ser humano como bostezar, sea aún una incógnita para nuestros científicos, y por tanto, para el resto de los mortales.

Nadie sabe a ciencia cierta por qué los bostezos son tan contagiosos. O al menos, de todo lo que yo he podido leer e investigar, no he obtenido ninguna explicación definitiva. Lo que sí está claro es que se contagia, y eso está más que probado por cada uno de los seres humanos que habitan este planeta.
Ahora bien, hay veces que ver a alguien bostezar sólo contagia a unos pocos, mientras que otros ni se inmutan. ¿A qué se debe esto?
Y digo más, ya no sólo ver bostezar a alguien, sino que muchas veces el bostezo se transmite oyendo a alguien hacerlo, o simplemente leyendo acerca de ello. Yo mismo he bostezado un par de veces escribiendo esto. ¿Qué complejo sistema fisiológico es capaz de regir este fenómeno? ¿Cómo es posible que algo tan habitual sea tan difícil de explicar? Demasiadas preguntas para tan pocas respuestas.

Si alguien sabe del tema o tiene teorías interesantes sobre ello, que no se corte en absoluto, y las comparta con nosotros. A ver si entre todos podemos llegar a una conclusión de andar por casa, que satisfaga nuestra curiosidad.
Os dejo con la tierna imagen de un bebé que contagia el bostezo a todo hijo de vecino; yo cada vez que la miro abro la boca… ¿A que os sucede lo mismo a vosotros? Apuesto a que nueve de cada diez lectores ya están bostezando…

23 de noviembre de 2009

Shhhh…

“Sé todo lo que hablasteis en el último pase”, o tal vez “Lo que el ruido se llevó”, podría ser perfectamente el título de la película que me tocó sufrir en mis carnes la pasada noche en el cine. El film que intentamos ver fue Celda 211, que por cierto es muy pero que muy buena. Pero hoy venía a hablar de otro tema, más bien a quejarme, a poner una reclamación pública en forma de post, a ver si alguno de esos insufribles vecinos de butaca se dan por aludidos de una vez.

Pues bien, el pasado fin de semana fui al cine, y tuve que lidiar con un par de especímenes pesados alrededor. Íbamos con la esperanza de que la sala para Celda 211 estuviese casi vacía, ya que se acababa de estrenar Luna nueva, y por los cines sólo pululaban quinceañeras moja-bragas (por cierto, adoro esta expresión! La he leído en algún sitio, de modo que si fue alguno de vosotros el que la acuñó, que levante la mano). Además, también era la segunda semana de 2012 en cartel, película que ha arrasado allá donde se ha estrenado… así que, con estos antecedentes, nos las prometíamos muy felices para disfrutar de Celda 211 a nuestras anchas. Nada más lejos de la realidad. La sala también estaba a reventar, y las probabilidades de encontrarnos con algún pelmazo durante la proyección, se dispararon.

Definitivamente hay gente que va al cine a joder (en el sentido de molestar a los demás, no penséis mal…). Porque si no, no me lo explico. Ya no es que al comentar algo con el de al lado subas el volumen un poco más de lo debido, no. Es que había un ser (femenino para más señas, de entre 15-20 años, por la voz) que se dedicó a comentar cada secuencia de la película, como si los demás fuéramos gilipollas (más que ella, me refiero) y no entendiésemos la trama. Ella comentaba (en voz alta, por supuesto) las idas y venidas de cada personaje, lo que hacían en cada secuencia, o cómo iba a terminar tal o cual escena. Desesperante! ¿Dónde coño se cree que está? ¿En el salón de su casa?

Justo detrás de mí, había otro ser (masculino, en este caso) al que le sonó el móvil, y sin ningún reparo contestó la llamada en medio del cine. El muchacho se esforzó por hablar bajo con su interlocutor (todo un detalle), que al parecer lo llamaba para recordarle el sitio y la hora a la que habían quedado cuando saliese del cine. Increíble! No sé quien es más tonto de los dos, el que coge el teléfono, o el que lo llamó… Si ya sabías que tu amigo estaba en el cine, envíale un sms en lugar de llamar, coño!

¿Y qué se puede hacer en estas situaciones? Te entran ganas de levantarte y sacarlos a patadas del cine, pero claro, no es plan de montar una rebelión en plena sala… Así que, o les dices muy educadamente que se vayan a tomar por el culo, o te conformas con los recurridos chasquidos de lengua, y los poco eficaces, pero contundentes: Shhhhh…

20 de noviembre de 2009

I love Sheldon

Excéntrico, tarado, con un marcado trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad, y con un cociente intelectual de más de 180, Sheldon Cooper es, sin miedo a equivocarme, uno de los personajes más carismáticos de la ficción norteamericana de los últimos tiempos. Es el alma de The Big Bang theory, serie estadounidense, sobre dos físicos que comparten trabajo y apartamento, que llevan una vida un tanto peculiar.

Leonard y Sheldon entregados a su trabajo en el campo de la ciencia, junto a sus dos inseparables compañeros de fatigas, componen un mosaico de personalidades perfecto para cualquier freak que se precie. La nota de color la pone Penny, su vecina camarera que no comparte su forma de vida, pero que día a día se esfuerza por entenderlos y soportarlos. Especialmente a Sheldon.

Como ya habréis deducido por el título del post, mi personaje preferido es Sheldon. Un genial Jim Parsons le da vida a un físico brillante, superdotado, pero también vanidoso, soberbio, asexual, asocial, y con una enorme falta de empatía con las personas, lo que le impide detectar las ironías y sarcasmos, dando lugar a situaciones de lo más graciosas. Cada vez que Sheldon abre la boca es para sentenciar, aleccionar o corregir. Él no opina, él asevera. Pero a pesar de todo, es el personaje que más se hace querer. Sus salidas son históricas, y sus frases son dignas de apuntar, rebuscadas, pero acertadas la mayor parte de las veces.

Desde aquí, animo a todos los que no hayáis disfrutado de semejante joya de la ficción, a que os dejéis enganchar por esos inadaptados de la vida, que han hecho lo propio con las masas americanas, empezando con unas audiencias discretas que poco a poco se han rendido a los encantos de Sheldon y compañía.
Os dejo con un par de videos. El primero, de una de mis escenas favoritas de toda la serie, en la que Sheldon tiene que aprender a alegrarse de los éxitos de sus amigos. El segundo de los videos es un mix con los mejores momentos de Sheldon. Espero que tras su visionado, corráis a disfrutar de esta gran serie al completo!



17 de noviembre de 2009

Tengo algo que contar...

Siempre he creído que tener un blog te enriquece, ya no por lo que puedas experimentar y aprender, sino porque persigues en todo momento tener algo que contar. Y cuando necesitas expresarte, comunicar, y regalar al mundo tu perspectiva de la vida, tus opiniones, tus inquietudes y deseos, te fijas más en tu alrededor. No sólo vives y dejas vivir, sino que reparas en cada cosa, te percatas de los detalles que el día a día no nos deja ver, te paras un segundo a reflexionar ante el constante caminar de la gente, para darte cuenta que detrás de cada rostro se halla una idea, detrás de cada puerta hay un recuerdo, detrás de cada gesto subyace un sentimiento, y detrás de cada persona se esconde una historia que contar…

Quién tiene un blog, tiene una herramienta inigualable de darse a conocer, de mostrar y recibir a partes iguales, tiene una vía de expresión muy distinta a la de la realidad. Ahí esta la gracia de todo esto. Pero el que tiene un blog, también tiene una responsabilidad al fin y al cabo. Tiene la necesidad de plasmar lo que le rodea en forma de entrada, y por ello, allá donde vayamos intentamos buscar la inspiración para un post. Al menos, esto es lo que a mí me pasa.
Un blogger sale de casa a realizar sus tareas diarias, y también a la caza de una buena historia, una reflexión trascendental, una imagen que le inspire una crónica, un chisme interesante para la comunidad.

En mi caso concreto, la mayor parte de las veces se me ocurren las cosas en el momento más inesperado. Por eso dispongo de distintos métodos para retener un tema, y posteriormente escribir sobre él. Las notas apuntadas en el móvil funcionan muy bien cuando una avalancha de ideas te asalta en plena calle. Si las musas te pillan en casa, apunto mis esbozos en un documento de Word para posteriormente darle forma de post. Siempre están los momentos de arrebato, en los que escribes sobre lo primero que se te pasa por la cabeza, le das a publicar, y compruebas que ese día la inspiración estaba de tu lado. O no.

Y es que una entrada pueden nacer en cualquier momento, en cualquier esquina: Ves una situación que te hace sonreír, y piensas que sería un buen tema sobre el que escribir. Escuchas una canción que te pone los pelos de punta, y sientes que tienes que ponerla en el blog. Tienes una experiencia fuera de lo común, y tienes la necesidad de contarlo para que los demás puedan vivirla algún día. Lees una noticia, y se te enciende la bombillita para comenzar un relato sobre la vida, el amor o la muerte. Una película, un libro, un llanto, una mirada que te llega al corazón para quedarse a vivir en él, y te falta tiempo para ir a escribir, publicar y compartir.

En definitiva, buscas asimilar el mundo a cada instante, retenerlo, desmenuzarlo, perpetuarlo en forma de escrito, y devolverlo de nuevo al mundo tras pasar por el prisma de tus ojos, de tu experiencia personal, de tu vida… ¿Y por qué lo hago? Porque lo necesito, y
porque tengo algo que contar…

13 de noviembre de 2009

Triángulo

Mientras abrazaba a su nuevo amor, Jaime pensaba en cómo acabar con su matrimonio para siempre. Le era infiel a Laura desde hacía meses, pero ya no le importaba lo más mínimo que su mujer pudiera entrar en la habitación, y pillarlos en la cama. Y como si de una premonición se tratase, ese pensamiento se hizo realidad, cuando su mujer apareció en el umbral de la puerta.
- Jaime, ¿Por qué me haces esto?
- Le quiero, ¿no crees que iba siendo hora de terminar con esta farsa de matrimonio?
- Quedamos en que podías hacer lo que te diera la gana, pero no en mi casa.
- Cariño, nuestra casa…

10 de noviembre de 2009

Llueve en el canal...

Lo que daría yo por estar ahora mismo paseando por sus calles, fotografiando a la sirena más famosa del mundo, descubriendo cada pequeño rincón de la ciudad, viendo cómo llueve en el canal... Copenhague es uno de mis próximos destinos, y espero estar muy pronto disfrutando de esta joya del mar del norte.

Mientras tanto, tengo tiempo de hacer ganas escuchando una gran canción, del que ya es grupo revelación del año: Copenhague, de Vetusta Morla. Les descubrí por casualidad, y desde entonces no dejo de escuchar su disco "Un día en el mundo". Una voz rasgada y personal, letras potentes, y en definitiva, un estilo indie-pop más que reconocible.
Os dejo con ellos:

Llueve en el canal,
la corriente enseña el camino hacia el mar.
Todos duermen ya...
Dejarse llevar, suena demasiado bien...
Jugar al azar...
Nunca saber donde puedes terminar,
o empezar...

6 de noviembre de 2009

Labo, para los amigos

Esta semana he estado muy ocupado. Bueno, igual no tanto, pero sí que he tenido el horario mucho más ajustado. Clases por la mañana, laboratorio por las tardes, y entre medias, empezar a estudiar para algunos exámenes que están a la vuelta de la esquina. La verdad es que lo echaba de menos. Las últimas semanas he vivido en una especie de sopor continuado en el que reaccionaba como un autómata, pero apenas tomaba conciencia de lo que estaba haciendo. Estos días me han servido para situarme, para darme cuenta dónde está mi lugar, para volver al redil, si es que algún día salí de él.

Echaba de menos tener ocupaciones y preocupaciones. Tener la agenda llena no es más que el reflejo de vivir. Empiezan a vislumbrarse los exámenes, los seminarios y las prácticas. Empiezo el laboratorio, y con la bata blanca me siento como pez en el agua. Viviendo entre Erlenmeyers, placas Petri, bioensayos y fermentadores, estoy como en casa. El agar es un ingrediente de lo más común en mi día a día. Sembrar en placa y aislar colonias constituye una enorme satisfacción. Producir antibióticos ya es parte de la rutina como lo es hacer la cama o ducharse. Las micropipetas me ponen. Y pronto empezaré a tomarme el café en falcon y los chupitos en eppendorf. Ya no puedo estar sin ellos.

Se puede decir que esta semana ha sido la de volver a la rutina, la de contactar de nuevo con la dura vida del universitario y ponerme las pilas, porque en las semanas anteriores estaba haciendo honor a eso de “Los estudiantes vivís como queréis” entre puentes, fiestas y tiro porque me toca.
De todos modos, lo peor aún está por llegar. Pero, al fin y al cabo, ir entrando en materia poco a poco, es la mejor forma de prepararse para ello. Por lo pronto, hoy vuelvo a tener laboratorio. Labo, para los amigos.

2 de noviembre de 2009

Déjala entrar...

Estocolmo. Gélido invierno. El negro de la noche y el blanco de la nieve se funden en uno solo. Un niño apuñala a un árbol. Es Oskar. Quiere vengarse de los que le pegan en el colegio. Detrás, de la nada, surge la sombra de una niña. Él no la conoce. Su nueva vecina, Eli. Es pálida y no siente el frío. Dice que no pueden ser amigos.

Así comienza Déjame entrar, película sueca basada en el best-seller del mismo nombre, que no es que me haya gustado, no es que me haya encantado, no es que me haya hecho sentir miedo, no es que sea una obra maestra, sólo sé que no me ha dejado indiferente, que tiene algo.


Quizás es de esas películas de las que no esperas mucho, y por el contrario te lo dan todo. Repleta de escenas imborrables, llena de matices, de silencios, de miradas, de gestos, y de múltiples lecturas, conforman una de las historias más ricas que he podido disfrutar en la gran pantalla.
Posee un aura, un halo de serenidad dentro de todo el caos que narra, que la hace diferente a todo lo anterior, la hace especial.
El trailer puede inducir a error. No es una película de terror. Es un film inclasificable. Trata de miserias y desgracias humanas. De sentimientos y sufrimientos encontrados. De lo malo y no tan malo de nosotros mismos. De los fines que justifican los medios, y de los que no.

Muertes inevitables, sangre a raudales, soledad sostenida, venganza, amargura permanente, familias derrumbadas, amistades arriesgadas, amor y desamor sobrehumano, tristeza indestructible, y dos pares de ojos inolvidables. Eso y mucho más nos ofrece Déjame entrar. O te enamoras de ella, o te mata.

Arriésgate, y déjala entrar…

30 de octubre de 2009

Cuando habla el corazón...

Al verla por primera vez ya supe que la quería, que sería la mujer de mi vida. La limpia oscuridad de la noche nos envolvía, y únicamente la luz de nuestras habitaciones iluminaba el insondable patio que nos separaba.
Su ventana frente a la mía, y las cortinas descorridas, cuando apareció su inolvidable silueta. Jamás la había visto, pese a que presumiblemente vivía en el edificio de al lado. Caminaba de un lado a otro de su habitación, mientras se soltaba su rubia melena. Me quedé embobado. Apenas tendría veinte años, y atesoraba en un solo ser toda la belleza del mundo.
Ella reparó en mi presencia, sonrió, y en escasos segundos cerró las cortinas, bajó la persiana, y apagó la luz. Hubiese jugado a ser trapecista, me habría arriesgado a cruzar sin red por las cuerdas de tender la ropa que iban desde mi ventana a la suya, tan sólo por verla un instante más.
Esa noche no pude dormir. Había constatado que existen los flechazos. La había visto unos segundos y tenía la certeza de que estaría siempre a su lado.

A la mañana siguiente me desperté pensando en ella, e instantáneamente abrí la ventana de par en par. Ella no estaba. Sus persianas bajadas. Me disponía a dar media vuelta, cuando lo vi. Allí, ondeando al aire, como un banderín que me señala el camino, un papel prendido con una pinza a la cuerda de la ropa. Lo cogí, tembloroso y eufórico al mismo tiempo, y me sorprendí al comprobar que lo único escrito era una dirección de correo electrónico. En un santiamén encendí el ordenador, y la agregué a mis contactos. La mensajería instantánea podía ser mi salvación.
A los pocos minutos un austero “hola” en la pantalla, me atravesó el corazón. Alicia me estaba hablando, ahora sabía su nombre. Eché un vistazo por la ventana y la vi al otro lado del patio, sentada frente al ordenador, con su sonrisa celestial, su pelo al viento hipnotizándome, y su manita de terciopelo saludándome. Definitivamente me había enamorado.

Así pasaron las semanas. Hablando todos los días a través de Internet durante horas, viéndonos a pocos metros de distancia, pero alejados por la longitud del abismo que dibujaban nuestras ventanas.
Nos lo contamos todo. Nuestras solitarias vidas, nuestras tristes dificultades, nuestras virtudes y nuestras flaquezas. Nos compenetrábamos al máximo. Lo que a mí me faltaba, ella lo tenía. Lo que ella no podía abarcar, yo se lo daba.
Le insistía cada día para que quedásemos, y así poder sentirla y abrazarla. Pero ella sostenía que se perdería la magia y que era mejor así. En realidad, lo único que ocurría era que el miedo la superaba. Pensaba que yo no soportaría su situación, y que dejaría de quererla por ello. Para mí eso no suponía ningún problema, más teniendo en cuenta que yo era como ella. Nadie podía entenderla mejor que yo. Siempre le decía que cuando habla el corazón no hace falta decir nada. Y escuchar al corazón es más fácil que escuchar a las palabras.

Después de varios meses, Alicia accedió, y por fin nos vimos sin distancia de por medio. Quedamos en su portal. Nos dijimos “hasta ahora” a través del chat, y nos decidimos a salir de nuestras casas al mismo tiempo. Corrí escaleras abajo para abrazarla cuanto antes. Salí de mi edificio y en seguida me planté en su puerta. Su sombra se perfiló tras el cristal, y después de unos segundos interminables, abrió. Nos cogimos de la mano, y nos besamos. Le dije que la quería como a nadie en mi vida y, aunque yo no habría oído su contestación, ella no respondió. Nunca lo haría. Tomó mi mano y la puso sobre su pecho. Me lo dijo su corazón.

27 de octubre de 2009

Limbo

No sabía lo que era el Limbo, pero había jugado cientos de veces. Hacía años que no lo practicaba, pero cuando te encomiendan la ardua tarea de entretener a tu primos, dos fierecillas de una decena de años, sin la Wii ni la Play station a mano, ¿Qué haces?
Yo empecé por llevarlos de paseo, y mientras ir esclareciendo algunos aspectos de vital importancia para su futuro (por ejemplo, con qué edad se pueden hacer el Tuenti, y otras cuestiones fundamentales). Luego echamos unas carreras (típica estrategia para que se cansen cuanto antes y que estén un rato sin trastear) y cuando se me agotaron las ideas, nos pusimos a jugar al Limbo. Sí, lo conocéis seguro. Resulta que se llama así al juego de poner una barra o vara, y pasar por debajo de ella.

A nosotros nos sirvió el palo de una escoba como barra. La colocamos sobre distintos útiles de jardín, y nos pusimos a jugar tras explicarles en qué consistía (porque los sacas del Wii music y el Guitar hero, y están más perdidos que un pedo en un jacuzzi). Hombre, la cosa no entraña una gran complicación, así que lo pillaron a la primera (que otra cosa no, pero mis primos, listos son un rato, tienen a quien salirse, claro). Estuvimos jugando hasta que se cansaron (15 minutos contados), y enseguida dijeron la temida (por mí) frasecita de: “¿Y ahora que hacemos?”. Como si fuera yo una fuente inagotable de ideas para pasar la tarde con un par de renacuajos.

En resumen, que una tarde de niñero
(no sé si existe dicha palabra en masculino) me ha servido para mucho. He podido reflexionar sobre algunos aspectos, y he obtenido reveladoras conclusiones:
  • La primera es que los niños de hoy en día no saben ser niños. No saben qué hacer cuando están alejados de sus respectivas videoconsolas. Se sienten indefensos y perdidos sin un aparato electrónico entre manos. Esto implica que se aburren de todo, y se cansan enseguida… y hablo también de cansancio físico, ¿Cómo es posible que siendo tan jovenzuelos, y estando frescos como lechugas, se cansen ellos antes que yo? Teníamos que parar a descansar cuando la carrera duraba más de dos minutos.
  • La segunda es que he comprobado que el Limbo se me da bien. Soy capaz de doblar mi cuerpo en forma de L, hasta niveles desconocidos. ¿Esto puede tener alguna repercusión en mi futuro? ¿Será una cualidad de peso en mi curriculum? Supongo que dependiendo del trabajo que busque…
  • Y por último, sin duda la más importante, es que he certificado que me gustan los niños, de acuerdo, y además no se me da mal lidiar con ellos (Los pobres funcionan por un sencillo sistema de acción-reacción fácil de controlar, al menos, en edades tempranas) pero llegado el momento no sé si aguantaría a los míos propios durante treinta largos años (o más…) hasta que se emancipen. Prefiero disfrutar (a ratos) de los hijos de los demás.

23 de octubre de 2009

Living soul

Hubiera preferido no ir, pero no me quedó más remedio. Ya no me valía por mí mismo, y me tuvieron que peinar, vestir y calzar. Me dejaron hecho un pincel, pero esa parafernalia no iba conmigo, y a pesar de ello, no tuve fuerzas ni para protestar. Me resigné ante el traje, la corbata y todo lo demás. Tenía que estar elegante en mi funeral.

20 de octubre de 2009

Fall... in love!

Y llegó. Meció las ramas de los árboles y una alfombra rojiza cubrió los adoquines. Bailaron las primeras hojas, en una danza perpetua sobre nuestras cabezas. El aire enfureció, y se convirtió en ese viento que huele a humedad.

Y las noches se hicieron largas, y los días se acortaron. Dormimos agustito bajo el edredón. Nunca falta la manta en el salón. Nos frotamos las manos, y dejamos que nuestro aliento las temple a cada rato.

Y el frío nos despertó por las mañanas. Olvidamos las chaquetas para coger los abrigos. Cafés y chocolates calentitos. Los cielos se cubrieron de gris. Cayeron las primeras gotas, y los hongos brotaron de la tierra. Paseamos bajo el paraguas mientras tomamos castañas asadas.

Por fin está aquí el período del año más mágico y especial. Colores, aromas y sabores combinan a la perfección en esta estación que me tiene enamorado. Tenía ganas de otoño.
Y llegó.

16 de octubre de 2009

Mortal life


La vida no es más que una enfermedad de transmisión
sexual, que nos conduce irremediablemente
a la muerte


Hoy sólo quería compartir esta cita con vosotros. Porque ir a clase da para mucho más que la desesperación o el aburrimiento, y es que de vez en cuando llega un profesor cachondo que suelta lindezas como ésta.
Nunca había oído la frasecita en cuestión, y la verdad es que estuve un rato dándole vueltas, y tiene toda la razón del mundo. Es cierto! La vida se transmite sexualmente, y sí, es mortal. Hagamos lo que hagamos, esta enfermedad llamada vida acaba matándonos. Inexorablemente.
..

13 de octubre de 2009

3+3=6

No es que esté aprendiendo a sumar. Tampoco es que mi blog trate ahora sobre el mundo de las matemáticas. Sólo es otro meme. Uno de tantos. Y consiste en compartir tres cosas que nunca haya hecho y me gustaría hacer, tres cosas que no haría nunca, y pasárselo a seis personas. Así que, ¿se os ocurre un título mejor que el que he puesto?

3 cosas que nunca haya hecho, pero que me gustaría hacer:

- Tirarme en paracaídas. Siempre he soñado con volar, y creo que es lo más cercano a esa sensación. Claro que corremos el riesgo de prepararlo todo, y luego no tener el valor de lanzarme… no sé, no sé…
- Montar en globo. Me maravillan las imágenes que se pueden contemplar desde las alturas, y de una forma tan relajada como en un globo, sería genial!
- No todo iba a tener que ver con las alturas y con surcar los aires. La tercera cosa que siempre he querido hacer es jugar al Paintball. Sí, juntarnos unos cuantos amigos y comenzar una guerra a base de disparos de pintura. Pero por unas o por otras, nunca nos acabamos de animar.

3 cosas que no haya hecho y que nunca haría:

- Tatuarme. No es que no me gusten los tatuajes, de hecho algunos me encantan… pero nunca me haría uno porque son para siempre. Bueno, o casi. Son demasiado permanentes, y no me arriesgaría a hacérmelo, para dentro de unos años arrepentirme.
- Ir a un reality show. Ni por todo el oro del mundo. Soy muy celoso de mi intimidad y no soportaría que me grabasen constantemente y que toda España lo viese. Aunque sinceramente, tengo una personalidad que se ajustaría perfectamente al perfil de ganador de uno de estos concursos… xD
- Comer babosas y beberme un vaso de bilis de vaca. (Sí, he vuelto a ver Fear Factor.) Vamos, que antes me convierto a la coprofagia!

6 personas para que continúen con el meme:

- Tea girl.
- Xenia.
- Ankara.
- Shopgirl.
- Ailën.
- Sandra.

9 de octubre de 2009

Perpetuando aromas...

Cada vez que un delicioso aroma inunda mi pituitaria, tengo el mismo deseo: Si pudiera perpetuar los olores, qué maravilloso sería...
Del mismo modo que vemos la fotografía de aquel momento inolvidable, o al igual que escuchamos una y otra vez la canción con la que nos enamoramos, siempre he querido reproducir el olor de la última tormenta de verano, o el aroma de aquel viaje a la India.

Sería extraordinario que, sin salir de casa, pudiéramos disfrutar de nuestros olores favoritos cuando nos venga en gana. Tan fácil como insertar el aromadisc de “tierra mojada” en el aromaplayer, éste lo vaporiza por nuestro salón, y a gozar. Cuando nos cansemos, podemos transportarnos directamente al Mediterráneo, con el aromadisc de “brisa marina”. O cualquier otro disco de la colección: el olor que destilan las páginas de un libro, el de una flor, el aroma de un buen chocolate a la taza… ¿No sería fantástico disponer de ellos en cualquier momento? Quizás pueda parecer algo de otro mundo, de película de ciencia ficción… pero no, craso error.

Y es que resulta que el Instituto de tecnología de Tokio está desarrollando un aparato (lo que viene a ser el aromaplayer), que es capaz de grabar y reproducir los aromas. Se ha empezado a investigar con alimentos, como el olor a manzana, o el del pan recién hecho, y han sido capaces de almacenarlos digitalmente y posteriormente reproducirlos. La máquina analiza el olor, graba su composición, y seguidamente lo reproduce mediante la combinación de determinados componentes químicos no tóxicos, que lo disipan en el ambiente mediante un vaporizador.

Puede sonar increíble, pero es cierto, y el invento parece que funciona. Si finalmente es capaz de reproducir todos los aromas, podríamos grabar el olor en un determinado instante, y años después lo tendríamos a nuestra disposición. Sin movernos de nuestro sillón, podríamos rememorar nuestros mejores momentos, no sólo con imágenes y sonidos, sino también con el olor, la verdadera esencia de los recuerdos.

5 de octubre de 2009

Hipocresía

No lo sé hacer, no aprendo. No puedo actuar con hipocresía, y es algo que en nuestra sociedad actual tiende a ser un defecto. No puedo con las personas hipócritas, pero el mundo que nos rodea, muchas veces nos obliga a serlo.

Nos damos besos, nos sonreímos como si fuésemos los mejores amigos, y sin embargo no nos soportamos. Preconizamos ideas y pensamientos, cuando en realidad estamos en completo desacuerdo. Pues no, a mi no me sale, lo siento.
Yo si no te aguanto, no te aguanto. Igual debería saludar, debería mantener las formas, debería fingir en las situaciones que lo requieran, debería disimular mis opiniones con tal de agradar… pero no puedo. No aguanto la hipocresía, es superior a mí.

Puedo mantener mi educada postura en un lugar donde no me encuentro cómodo, y ahí también puede haber cierto grado de falsedad o fingimiento… Pero hacer, pensar, o decir algo que no me nace, u ocultar mis intenciones sólo por aparentar, es imposible. He tenido algún que otro problema por mostrar lo que siento en cada momento, y no he salido muy bien parado, puesto que la falsedad parece ser deporte nacional, qué digo… ¡universal!, y mucha gente lo practica a diario.

Este es un tema muy complejo… así que ¿Qué opina mi público de ello? ¿Se confunde hipocresía con buenas maneras? ¿Podéis saludar efusivamente a vuestro peor enemigo? ¿Sois tajantes con la gente que no soportáis? ¿Habéis aprendido a ser falsos?

2 de octubre de 2009

Empezar de cero...

A pesar de que no es un comienzo, así es como yo lo entiendo. Como un niño con zapatos nuevos. El primer paso de un camino incierto.

Irrumpir como un extraño, pese a no venir de lejos. Y aunque nunca me haya ido,
hacer como que vuelvo.

Me arriesgo. Entro en el juego de nuevo, sin saber si apostar al rojo o al negro.
Esto es lo que quiero. No estoy loco, aunque pueda parecerlo.

A veces me pierdo, y al rato me encuentro. Nunca fue tan difícil como en este momento. Ubicarme, el más grande de los retos.

Una encrucijada en el tiempo. El alcance de una decisión de peso. Pensar en esto y en aquello, y al final seguir el camino del medio.

Ni blanco, ni negro. El gris puede ser un buen consejero. Una insólita salida ante el sombrío tedio.
El puente hacia el próximo intento.

Empezamos de cero...

30 de septiembre de 2009

Kiwi!

A veces, en un instante, algo te quita la venda de los ojos, y te das cuenta de muchas cosas. En escasos minutos te da tiempo a recapacitar y reflexionar sobre aspectos que casi ni te habías planteado.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y las imágenes que acompañan esta entrada, son de las que marcan, de las que no sólo te hacen pensar, sino que te hacen volver a creer. Creer que los sueños se pueden hacer realidad, por muy difícil que parezca.

Hay muchas formas de luchar por nuestros sueños, pero quizás ésta sea la primera vez en que lo he visto de forma tan gráfica. Todos intentamos superarnos día a día, cumplir nuestros propósitos, dejarnos la piel por alcanzar nuestros deseos. ¿Pero serías capaz de poner todo de ti, para disfrutar durante unos miserables segundos de lo que tanto has ansiado? ¿Serías capaz de apostar tu vida con tal de cumplir tu mayor ilusión? ¿Serías capaz de volar aunque no tengas alas?

24 de septiembre de 2009

Home

Tras pasarme varios meses fuera, haciendo mil locuras, y sin que nadie me controlase, necesitaba volver al que siempre ha sido mi hogar. Al llegar ante la puerta me detuve, y un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando vi el rótulo que me daba la bienvenida de nuevo: Psiquiátrico Santa Isabel.

20 de septiembre de 2009

¿Represalias?

Mañana tengo un examen, pero además puedo tener un problema añadido. Hoy me he percatado de que quizás un desplante/humillación a una profesora, pueda tener consecuencias inesperadas. Esperemos que no.
La cosa fue allá por el mes de enero. En esta asignatura tenía dos profesores: El típico catedrático, director del departamento, y responsable de la asignatura, que nos dio la mitad del temario. Y una becaria, que estaba haciendo la tesis y que tenía que dar unas cuantas horas lectivas, que nos impartió el resto de la materia. La chica tendría unos tres años más que nosotros, estaba nerviosa y tartamudeaba. Creo que nunca se había enfrentado a una clase.

Ella venía y soltaba su rollo, gracias a unos apuntes que leía escrupulosamente. Era lo único que sabía hacer. Leía lo más rápido que podía, como si quisiera acabar cuanto antes, y nosotros intentábamos tomar apuntes. Tras varias interrupciones por parte de mis compañeros para que fuese más despacio, no nos hizo ni caso. Y he aquí cuando viene el atrevimiento por mi parte que podría tener represalias mañana… Al ver el panorama, y harto de copiar apuntes incompletos, levanté la mano y tuvo lugar el siguiente diálogo entre nosotros:

Yopopolin: Perdona.
Ella: Sí, dime.
Y: ¿Podrías dejar en fotocopiadora esos apuntes que tan bien lees?
E: Ehhh, no, bueno… es que creo que es mejor que toméis vuestros propios apuntes…
Y: Pues es que lees muy rápido y es imposible.
E: Intentaré ir más despacio.

No fue más que esto. Pero en ese momento, ella se ruborizó, se puso roja, y parecía sudar más aún de lo que lo hacía al principio… Todo ocurrió en medio de una ahogada carcajada generalizada y los murmullos del personal. Ahí supe que la había cagado. Me había pasado, especialmente en el tono de la frasecita “¿Podrías dejar en fotocopiadora esos apuntes que tan bien lees?”, lo que se traduce como “Ya que no explicas, y no tienes ni idea, déjanos los apuntes que nosotros también sabemos leer”.

Esta anécdota no significaría nada sino fuera por el hecho de que mañana sólo estaremos ella y yo en el examen. Está claro que aquel día se quedó con mi cara, y si a eso le sumas que sólo me presento yo, y que será ella la que venga a hacerme el examen (porque el catedrático estará en alguna conferencia/viaje y no se dignará a aparecer) pues tenemos un problema. Esta asignatura es una de las más fáciles de la carrera, todo el mundo que se presentó la aprobó, y el único que no lo hizo, por pura vagancia, fui yo. Lo único que me queda es apelar a la profesionalidad de esta inexperta de la docencia para que corrija como tiene que hacerlo, y no tome represalias contra mi persona, por un hecho que nunca debería haber ocurrido.

16 de septiembre de 2009

Soy blog del día!


Me llena de orgullo y satisfacción dar esta noticia. Hoy 16 de septiembre, desde "Blog del día" le han concedido un premio a este rinconcito, como blog destacado dentro de la categoría general. Yopopolin ha sido premiado por una web que lleva más de dos años dando a conocer cada día un blog a sus lectores, premiando la calidad, y difundiendo espacios interesantes de lo más variado.

Para tal acontecimiento me hicieron una entrevista que se publica hoy en su web. Seis preguntas y seis humildes respuestas sobre mi experiencia personal como blogger. Aquí os dejo el enlace por si queréis leerla, comentarla o criticarla. Lo que prefiráis.

Desde aquí quiero dar las gracias a los responsables de Blogdeldia.org, y una vez más, a todos vosotros, mis lectores, los que día a día hacéis de esta experiencia algo grande. La mitad de este premio es vuestro.

14 de septiembre de 2009

Kamikaze

¿Cuántas razones hacen falta para suicidarse? Es la pregunta que rondaba la cabeza de Ben desde hacía tiempo, aunque en realidad no necesitaba una respuesta. No la necesitaba, porque tenía claro que iba a acabar con su vida antes o después.
Hace tan sólo unas horas, no tenía demasiados motivos para hacerlo, no más que cualquier persona cuya vida carece de sentido. Pero ahora, después de todo lo sucedido, no había otra opción.

Tenía dieciséis años y una vida por delante que no quería vivir. Desde pequeño, Ben sintió que no le importaba nada ni nadie. Nunca tuvo amigos porque no los necesitaba. El simple hecho de estar rodeado de gente le incomodaba, ¿era tan difícil de entender?
A pesar de todo, se esforzó en ir al colegio, e incluso asistir a psicólogos para observar inútiles manchas de tinta. Intentó parecer normal, pero no lo consiguió. Se convirtió en el raro, el antisocial, y el centro de todas las burlas. No era justo. Él sólo era diferente.

Tumbado en su cama, Ben seguía dándole vueltas a lo que acababa de hacer, mantenía su deseo de terminar con todo, mientras sostenía en sus manos la pistola de su padre. La había utilizado por primera vez hace unas horas, después de llevar años escondida en un cajón. Se había cargado a cinco compañeros de instituto, de los que siempre le miraban mal, de los que se reían de él. Ahora ya no volverían a hacerlo. Ni con él, ni con nadie.
Tras el primer disparo, los demás se le antojaron una humilde demostración. Se sintió bien porque cuando los apuntó con el arma sus miradas cambiaron. El desprecio que siempre veía en sus ojos dio paso al respeto y el temor, y eso le gustó. Salió del instituto convencido de la rectitud de sus actos, y aún con dos balas en el cargador. Pero Ben sólo necesitaba una.
Llegó a casa buscando comprensión. Les contó a sus padres lo que acababa de hacer, pensando en que una confesión antes de matarse sería una suerte de expiación. Lo único que recibió fue una avalancha de gritos y llantos. Ben no lo soportó.

Hace tan sólo unas horas, no tenía demasiados motivos para suicidarse,
no más que cualquier persona cuya vida carece de sentido. Pero ahora, después de todo lo sucedido, no había otra opción.
Abrió la ventana, y el sonido de las sirenas de la policía inundó su habitación. Se sentó en la cama, cogió el arma con fuerza, y apoyó el cañón aún caliente en su sien. Sin dudarlo, apretó el gatillo. Tras oír el clic, Ben sonrió. No quedaban balas en el cargador.

11 de septiembre de 2009

No sé qué hacer con mi vida...

Creo que no existe una frase que pueda definir mejor mi estado actual. En estos momentos mi vida se encuentra con un interrogante en cada esquina, con muchos caminos para elegir, pero sin saber muy bien dónde me lleva cada uno.

Las dudas me acechan, las preguntas me desbordan, y el no saber que será de mí, me tiene pendiendo de un hilo. Inmóvil en una encrucijada de posibilidades, que me indican aquí y allí, al norte y al sur, al este y al oeste. Y yo sigo sin saber a dónde ir.

De momento sólo vivo y me dejo llevar, como dice la canción. Navego en un mar de incertidumbre, y voy hacia donde me lleva el viento. No quiero pensar. No quiero darle vueltas a algo que tal vez no ocurrirá. No quiero imaginarme cual será mi lugar.

Después de todo, la vida se compone de ciclos. Y supongo que se trata de comenzar el más incierto de todos. Embarcarme en él sin billete de vuelta, y aferrarme a esa frase tan manida de que sea lo que dios quiera…

No sé qué hacer con mi vida: Quizás redecorarla. Quizás reciclarla, y comprarme una nueva. Quizás agarrarme a ella, y ver qué nos depara el destino. Quizás ponérmela a la espalda, y tirar por el camino del medio. Quizás plantarme en el mercado de vidas y exigir que me devuelvan el dinero, o en el peor de los casos, que me la cambien por la de alguien sin dudas…

8 de septiembre de 2009

Gurb

Este verano además de adentrarme en la trilogía Millenium, de la que aún me queda por leer la tercera parte, he estado releyendo uno de mis libros favoritos, Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza. Una de las lecturas más divertidas que han pasado ante mis ojos.

Ya había tenido el placer de disfrutarlo hace unos añitos, pero como es tan fácil de leer, tan corto y tan ameno, me lo he metido de nuevo entre pecho y espalda, esta vez, anotando mentalmente muchas de las memorables frases que en él se citan…

Os pongo en antecedentes. La historia trata de un par de extraterrestres (Gurb y otro…) que han llegado a la tierra para una misión espacial. Pero la cosa se complica cuando Gurb desaparece con la apariencia de Marta Sánchez (porque esa es otra, pueden tomar el aspecto que les venga en gana). Mientras, su compañero alienígena tendrá que buscarlo por la Barcelona preolímpica, y leyendo su diario personal, podremos deleitarnos con todas las peripecias que le ocurren a cada minuto a un extraterrestre en Barcelona.

El planteamiento, como veis, es brutal. Imaginad lo que pueden pensar de los humanos unos seres de otro planeta, teniendo en cuenta únicamente nuestro comportamiento. A sus ojos, (o lo que tengan como órgano visual) muchos de nuestros actos se traducen en singulares estupideces, sin sentido alguno. Bajo el prisma de un extraño en tierra extraña, nuestra vida cotidiana se convierte en una sarta de incongruencias que automáticamente ejecutamos sin pensar en su absurdez.

Lo mejor de todo, como os digo, son las perlitas que va soltando en su búsqueda incesante de Gurb, a medida que se va cruzando con especímenes humanos, de lo más variopinto. Os podría poner algunas de las lindezas, pero si lo leéis luego, perdería toda la gracia. Os voy a dejar sólo con un par de estas joyitas, como aperitivo para que os animéis a leerlo. Esto es únicamente una muestra de lo que dice el extraterrestre al analizar la raza humana:

“Datos de la especie: Número de ojos: dos; Longitud del rabo: 0.00 (carecen de él)”

“Los seres humanos a pesar de ser la mayoría de fisonomía ruda, y hasta abiertamente fea, no pueden vivir sin verse los unos a los otros, y es por eso, que por la noche encienden farolas”

4 de septiembre de 2009

La inercia se equivoca...

El otro día me ocurrió algo que me ha hecho reflexionar acerca del cuerpo y la mente. Estoy hablando de esos momentos en que tu mente va por otros derroteros, y tu cuerpo actúa por inercia, por costumbre, y opera por sí mismo, pero se confunde, puesto que la mente no es la que está rigiendo tus movimientos, esos intentos fallidos de hacer las cosas…

El hecho en sí fue que a punto estuve de vaciar un caldero de agua en el cubo de la basura. Mi cabecita estaba ocupada en cuestiones de mayor relevancia, y mi cuerpo que debía verter el agua en el fregadero, se dirigió al basurero que andaba por allí cerca, y sin obedecer a nadie, mi pie accionó el pedal que levanta la tapa y casi echo el agua en la bolsa. Fue la inercia de ir a tirar otras cosas a la basura la que ejecutó el movimiento.

¿No os ha ocurrido alguna vez algo semejante a esto? Porque a mí me ha pasado en otras situaciones. Por ejemplo, coger algo del frigorífico, y al estar distraído, meterlo luego en cualquier otro armario, menos en ese que refrigera llamado nevera.
Al lavarme los dientes. Yo me los lavo cuatro veces al día, debe ser lo que más hago en el baño, porque no puedo sentir los dientes sucios. Y por eso muchos días, me lavo los dientes después de cenar, y un rato después voy al baño, y me sorprendo echando crema en el cepillo, aunque fuera a hacer pipí o popó.
Lo mismo sucede navegando por Internet. Pienso en buscar algo, y cuando abro el explorador, me encuentro visitando el blog, o cualquier otra página habitual, y en realidad yo no quería eso… Mis dedos han entrado ahí sin preguntar.

Estas cosas pasan cuando estás acostumbrado a hacer algo, pero que en un momento dado no tienes que hacerlo, y como tu mente no atiende, tu cuerpo se rige por la inercia de lo que viene repitiendo desde hace tiempo. No sé si he explicado muy bien la idea…

El caso es que me gustaría saber cuáles son vuestros fallos repetidos por costumbre, vuestros disparates inducidos por la rutina, vuestros patinazos a causa de que la inercia se equivoca…

1 de septiembre de 2009

Nunca dos letras...

Tarde o temprano tenía que hacer esta crítica, aunque no sea necesaria, porque voy a decir lo mismo que tantos otros… Porque la inmensa mayoría de los que han visto Up, se han rendido a sus pies. Se han dejado llevar por los globos, han subido a lo más alto, y han sido arrastrados por una cascada de sensaciones que les han hecho llorar, reír, soñar, reflexionar y disfrutar con cada segundo de la cinta. Esta crítica sobra, porque es una más poniendo la película por las nubes, corroborando que la magia de Pixar es inagotable, y que la animación es algo más que cine de dibujos. Es arte.

Up comienza con un prodigioso arranque en el que se nos presenta perfectamente la historia del entrañable ancianito protagonista, la nostalgia de tiempos pasados y los recuerdos, todo sin apenas diálogo, una vida perfectamente narrada en pocos minutos. Son, sin duda, las mejores secuencias de la película, y al igual que ocurriera en Wall·E estos minutos de cine mudo, pero animado, son los que te ponen los pelos de punta, los que te hacen darte cuenta de que las lágrimas pueden brotar en cualquier momento, los que te hacen reflexionar, y en los que piensas que el dinero de la entrada ya está amortizado.
Luego el film toma la dirección esperada, baja el tono dramático para dejar paso al humor y la aventura, a una historia entretenidísima y divertida. Totalmente comprensible e imprescindible. Pero pasamos de un comienzo de diez, a una continuación más que notable, notando que hemos bajado un escalón en lo que a emoción y brillantez se refiere. Parecen haber seguido el mismo esquema que con Wall·E, que como ya comenté aquí hace un año, empezaba de forma inmejorable, pero más tarde bajaba en intensidad. Aún así los dos films se quedan con sobresaliente, porque la emoción que despenden sus imágenes no se logra fácilmente.

Además de la historia principal del protagonista y su aventura posterior, que ya sería suficiente para hacer una gran película de animación, Up profundiza en otros temas nada superficiales, deja patente los valores que importan en la vida: la amistad, el amor, la lucha por los sueños, la solidaridad… así como la ecología, el respeto, o la esperanza… Up también deja al descubierto muchas de las sombras de nuestra sociedad, nos alecciona y nos enseña el camino que no hay que seguir, nos quita la venda de los ojos a los adultos, mientras que los niños siguen atentos al colorido y la diversión. Bravo!

Up es otra joya de Pixar, que sale a obra maestra por año. Los tres últimos veranos, esta fábrica de ilusiones nos abrió el paladar con Ratatouille, nos llegó al corazón con Wall·E, y nos hizo soñar con Up. Para mí son muy grandes las tres, si bien la que más me gustó fue Ratatouille, seguida de Wall·E y por último Up, que aunque esté un poco por debajo de las anteriores, es emotiva y sincera, conmovedora e ingeniosa, sencilla pero profunda, divertida y maravillosa.
Nunca dos letras… me han hecho disfrutar tanto.

29 de agosto de 2009

Acoso telefónico

Sufro acoso telefónico desde hace tiempo, y estoy por ir a denunciarlo, pero por pereza y diversión no lo hago. Pereza , porque la comisaría más cercana está como a 2 Km. Y diversión, porque me lo paso teta con este acoso! Bueno, en parte estoy hasta los mismísimos, pero por otro lado, es una especie de terapia, en la que descargo los demonios que llevo dentro. Os comento.

Desde hace meses la compañía Orange, me está llamando una media de tres veces a la semana, incluso han llegado a molestarme todos los días, para ofrecerme sus superofertas de telefonía, Internet y mierdas varias. Al principio, escuché a los amables y sudamericanos teleoperadores, les respondí afablemente que no me interesaba, y les colgué con respeto y admiración por su buen hacer en el trabajo. Eso las primeras veces. Luego la tensión y la mala leche fueron aumentando exponencialmente: ¿Pero qué parte de NO ME INTERESA no han entendido? Vale que ellos no tienen la culpa, al fin y al cabo sólo hacen su trabajo, pero cuando tienes estos problemas, ¿A quién te diriges, más que a tu interlocutor, el que te molesta cada día?

Cada vez llamaba una persona distinta, hasta que se originó un bucle. Tras 4 ó 5 llamadas de personas diferentes, reconocía la primera voz, la primera a la que había atendido, y luego la siguiente y así sucesivamente… vamos que se turnaban para llamarme, los muy…
A todos les decía lo mismo, que ya no es que no me interesara, sino que ahora jamás contrataría sus servicios ni aunque me ofertaran Internet gratis, únicamente por orgullo. Esto pareció surtir efecto durante un tiempo (unos días…), pero luego volvieron a molestar, y yo seguía exigiéndoles que no me volviesen a llamar… y ahí pronuncie las palabras que nunca pensé que saldrían de mi boca “O dejan de llamarme y de acosarme, o tendré que tomar medidas más drásticas” Olé yo! Ahí, jugándomela con una compañía de las grandes, arriesgándome a que se riesen en mi cara, a que pensasen, “pobre pardillo, igual se cree que le vamos a hacer caso…” ¿Y cuál fue su respuesta? Pues que ellos no podían hacer nada, que figuraba en sus bases de datos como posible próximo cliente (por el mero hecho de ser de Timofónica) y que aunque ese teleoperador dejara de llamarme, los demás que ofertaban otros servicios lo seguirían haciendo… tócatelos!

En definitiva, que te tocan las narices hasta límites insospechados, pero resulta que es culpa tuya por no contratar sus maravillosos servicios naranjas y seguir bebiendo los vientos por Timofónica… (Sí, sarna con gusto no pica…) A pesar de todo, desde ese día en que pronuncié las palabras mágicas, no han vuelto a molestarme desde Orange. Ahora me llaman de una compañía que se llama France telecom. ¿Y a que no sabéis a través de que marca comercial opera? Sí amigos, sí, habéis acertado… Serán cabrones…