29 de agosto de 2009

Acoso telefónico

Sufro acoso telefónico desde hace tiempo, y estoy por ir a denunciarlo, pero por pereza y diversión no lo hago. Pereza , porque la comisaría más cercana está como a 2 Km. Y diversión, porque me lo paso teta con este acoso! Bueno, en parte estoy hasta los mismísimos, pero por otro lado, es una especie de terapia, en la que descargo los demonios que llevo dentro. Os comento.

Desde hace meses la compañía Orange, me está llamando una media de tres veces a la semana, incluso han llegado a molestarme todos los días, para ofrecerme sus superofertas de telefonía, Internet y mierdas varias. Al principio, escuché a los amables y sudamericanos teleoperadores, les respondí afablemente que no me interesaba, y les colgué con respeto y admiración por su buen hacer en el trabajo. Eso las primeras veces. Luego la tensión y la mala leche fueron aumentando exponencialmente: ¿Pero qué parte de NO ME INTERESA no han entendido? Vale que ellos no tienen la culpa, al fin y al cabo sólo hacen su trabajo, pero cuando tienes estos problemas, ¿A quién te diriges, más que a tu interlocutor, el que te molesta cada día?

Cada vez llamaba una persona distinta, hasta que se originó un bucle. Tras 4 ó 5 llamadas de personas diferentes, reconocía la primera voz, la primera a la que había atendido, y luego la siguiente y así sucesivamente… vamos que se turnaban para llamarme, los muy…
A todos les decía lo mismo, que ya no es que no me interesara, sino que ahora jamás contrataría sus servicios ni aunque me ofertaran Internet gratis, únicamente por orgullo. Esto pareció surtir efecto durante un tiempo (unos días…), pero luego volvieron a molestar, y yo seguía exigiéndoles que no me volviesen a llamar… y ahí pronuncie las palabras que nunca pensé que saldrían de mi boca “O dejan de llamarme y de acosarme, o tendré que tomar medidas más drásticas” Olé yo! Ahí, jugándomela con una compañía de las grandes, arriesgándome a que se riesen en mi cara, a que pensasen, “pobre pardillo, igual se cree que le vamos a hacer caso…” ¿Y cuál fue su respuesta? Pues que ellos no podían hacer nada, que figuraba en sus bases de datos como posible próximo cliente (por el mero hecho de ser de Timofónica) y que aunque ese teleoperador dejara de llamarme, los demás que ofertaban otros servicios lo seguirían haciendo… tócatelos!

En definitiva, que te tocan las narices hasta límites insospechados, pero resulta que es culpa tuya por no contratar sus maravillosos servicios naranjas y seguir bebiendo los vientos por Timofónica… (Sí, sarna con gusto no pica…) A pesar de todo, desde ese día en que pronuncié las palabras mágicas, no han vuelto a molestarme desde Orange. Ahora me llaman de una compañía que se llama France telecom. ¿Y a que no sabéis a través de que marca comercial opera? Sí amigos, sí, habéis acertado… Serán cabrones…

26 de agosto de 2009

Falling slowly...

Hace ya unos meses que tuve la oportunidad de ver la película Once. Una joyita irlandesa, que es una especie de musical indie, modesto, sincero y emotivo, que con su insuperable banda sonora me conquistó.

La película narra el encuentro de dos almas perdidas por las calles de Dublín, que un buen día tropiezan, y comprueban que les une algo más que la música.
Es una maravilla de escasos noventa minutos, que te cautiva con su magistral banda sonora, que te envuelve desde el primer minuto, y en la que dos personas con muy pocos instrumentos, protagonizan el dueto musical más tierno y memorable de los últimos tiempos.

Once es algo más que una película con canciones buenas… Es una vida escrita con notas musicales, representada en partituras, e interpretada con unas voces que nacen del corazón. Es el amor sin necesidad de contarlo con palabras, es cuando la música sustituye a las miradas, es un piano y una guitarra que cobran vida en cada secuencia. Once está tan llena de vida, que es imposible no dejarse llevar. Algunas escenas son simplemente perfectas. El primer dueto de los protagonistas, o cuando ella recorre la húmeda noche de Dublín sin más compañía que su voz… son instantes que se te quedan grabados en la retina.

A destacar, el Oscar que ganó a la mejor canción por Falling slowly, que es una de mis favoritas de su maravillosa banda sonora. Además también se hizo con el premio del público en Sundance, y ya se sabe que la opinión de la audiencia suele ser la más acertada.
Adjunto emotivo y sensacional video de la canción ganadora del Oscar, cuyas notas se fusionan a la perfección con las imágenes de la película. Simplemente conmovedor.

24 de agosto de 2009

Saturn

Quizás Saturno está demasiado lejos como para colonizarlo, pero con la tecnología actual sería posible. Podríamos intentarlo. Nos acostumbraríamos sin problemas a vivir en un medio fluido, y el frío lo soportamos. El poder de adaptación es la gran ventaja que tenemos los marcianos.

21 de agosto de 2009

Memorial

No sé cómo escribir estas palabras, pero necesitaba hacerlo. Hace tan sólo unos días que te has ido, y a pesar de tu ausencia, siempre nos quedará tu recuerdo.

Recuerdo tus ojos perdidos en el horizonte, mirando al verano a través de la ventana, mientras charlábamos animadamente, mientras contabas historias de hace tiempo, y sonreías cuando te venían a la mente buenos momentos.

Recuerdo tu sonrisa, tus carcajadas, esa risa escandalosa que nos contagiabas al mismo tiempo que cerrabas los ojos, cuando alguien hacia una gracia.

Recuerdo cómo te ayudaba a hacer la cena. Nunca se te dio bien la cocina, y tu hacías caso de los consejos de un chiquillo que tampoco sabía muy bien lo que hacía. Probábamos a echar de esto y de aquello, eso ahora se llama innovar… Y el caso es que nos lo comíamos.

Recuerdo cuando me comprabas pasteles. Siempre que iba contigo me decías que no me ibas a comprar nada, que ese día no. Pero al final de la compra pedías los pasteles, y los dos nos reíamos, porque estaba seguro de que me los comprarías.

Recuerdo cuando jugábamos a las cartas. Yo era un renacuajo, y aunque querías dejarme ganar, nunca perdías y no sabías cómo. Era muy gracioso, porque nunca sabías qué tirar, y siempre acababas ganando.

Recuerdo cómo cogías la cucharilla, y removías el café. Luego la chupabas, la dejabas en la mesa, y tomabas el café a sorbitos. El café, tu gran pasión, siempre caían tres al día como poco, una costumbre que no perdonabas hasta hace unos meses.

Recuerdo tantos detalles, tantos instantes a tu lado, que sería imposible plasmarlos todos aquí. Sólo siento no haber podido verte en los últimos momentos, pero ya sabes como son las cosas, y tú mejor que nadie lo comprenderás.

Así que ahora descansa, abuela. Porque allá donde estés, seguro que te encontrarás mejor que aquí, más tranquila y relajada, sin el sufrimiento que significaba la vida para ti, los últimos días. Seguro que podrás seguir viéndonos por un agujerito, con un café en la mano, y comprobarás que aquí seguimos viviendo de los recuerdos. Ojala algún día puedas leer esto.

Tu recuerdo vivirá por siempre en mi memoria.

18 de agosto de 2009

Comeback

Ya he llegado. Se han acabado mis vacaciones. Diez días desconectado, relajado, descansando del bullicio urbano, respirando… Pero este rinconcito no ha estado abandonado, ya que las entradas programadas han mantenido el blog activo, que era de lo que se trataba. Ahora Yopopolin ya está presente, y con las pilas cargadas.

Estos días se han caracterizado por las emociones encontradas. Felicidad y risas, pero también tristeza y llantos. De un lado, la alegría de los reencuentros con amigos muy queridos, las fiestas inolvidables, los instantes especiales… Por otro lado, algunos silencios incómodos, muchas cosas por decir que es mejor no soltar, sentir que ya no formas parte de algo… Pero los momentos más amargos, la mayor tristeza, es la de lidiar con uno de esos obstáculos que te pone la vida, y que hay que superar: la pérdida de un ser querido. Ya hablaré de esto, le dedicaré unas palabras, a modo de homenaje, que verán la luz en la próxima entrada.

Por el momento, no tengo mucho más que contar. Solamente quería reaparecer y decir que sigo aquí, aunque hasta ahora no me hubiese manifestado. Os dejo con una canción que me transmite buen rollo y positividad a raudales, y que de un modo u otro, ha sido la que ha marcado mis días de descanso, la banda sonora de mis vacaciones.

Jason Mraz – I´m yours

14 de agosto de 2009

Soñando con cerillas y gasolina...

No sé si hacer una crítica de la segunda parte de Millenium, quizás sea repetirse, pero voy a correr el riesgo. Si con Los hombres que no amaban a las mujeres, os comentaba que era un libro entretenido, pero que no entendía todo lo demás, tras la lectura de La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina me reafirmo. Larsson se debía creer que, poniendo títulos de más de 10 palabras y escribiendo más de 600 páginas, tenía el éxito asegurado. Y parece ser que estaba en lo cierto, muy a mi pesar.

No os voy a detallar la sinopsis completa, pues os estaría desvelando demasiados detalles de la trama, pero en esta entrega Lisbeth Salander pasa a ser la auténtica protagonista, y ese es uno de los pocos aciertos de Larsson.
Esta segunda parte de Millenium comienza con unas primeras 200 páginas innecesarias, con una trama alejada de lo que va a ocurrir, sólo para contar como está la vida de Lisbeth. Papel tirado a la basura, porque en realidad no ocurre nada. Es totalmente prescindible, y no es hasta que se nos presenta el crimen de turno, sobre el que gira toda la novela, cuando comienza a tener cierto sentido.

Esta vez la investigación de unos terribles asesinatos sucede a dos bandas: Una investigación policial, y una a cargo de Mikael Blomkvist, que se juega mucho. Aparecen en escena, toda una serie de personajes secundarios, que corresponden con el grupo policial, y que casi ni son presentados. Las tramas policiales dejan mucho que desear, con personajes estereotipados, sobre los cuales el autor pasa de puntillas, como si a él tampoco le interesaran lo más mínimo. Están cogidos con pinzas, nadando en situaciones tópicas y absurdas, creando una serie de subtramas desdibujadas, que lo único que hacen es transmitir al lector una sensación de desconcierto, un batiburrillo de ideas, que Larsson no supo llevar a buen puerto.

Y cómo no, nuestro héroe, Mikael Blomkvist, sigue teniendo la suerte de su lado. Pero en este caso no hay una investigación al uso como en la primera parte, ahora se abusa más si cabe de casualidades estúpidas, hallazgos inverosímiles, entrevistas a implicados que te lo cuentan todo, e hipótesis, que por la gracia divina, resultan acertadas. Sin sentido. No te lo crees.
Además en esta segunda entrega los dos protas, Mikael y Lisbeth, no conviven, los personajes están alejados toda la historia, y justamente el que interactuaran era uno de los puntos fuertes de la entrega anterior.

Para terminar, decir que Lisbeth parece otra. En la primera parte ya se nos presentó una persona con cualidades rayando lo increíble. Pero ahora parece haber mutado, y además de mostrar una personalidad en ocasiones chocante con su anterior modo de pensar, también es una superheroína que puede con todo y con todos, que tiene superpoderes de regeneración o superfuerza, entre otros muchos.
En definitiva, me gustó menos que el anterior, salvo por el final, que aunque es previsible y está muy manido, tiene más suspense, es más tajante, más de los míos… La tercera entrega la leeré, pero no tengo prisa. Todo es tan predecible, que ya sé lo que va a pasar.

9 de agosto de 2009

Salto al vacío...

Había llegado el momento que Lucas había estado esperando tanto tiempo. Se había decidido a saltar. Llevaba años vagando por aquellas infértiles tierras, sin saber a dónde le dirigían sus pasos, y sin conocer exactamente como había llegado hasta allí.

Lucas había perdido a su familia. Hacía años que no veía a sus padres. No comía, no dormía, estaba muerto en vida; llevaba recorriendo este lugar mucho tiempo, con el acantilado a tan sólo unos metros de él, y desafiando al destino cada día… pero hoy, iba a saltar.
Ya se hallaba al borde del precipicio, mientras sus blancas vestiduras ondeaban al viento, y sus pies descalzos flanqueaban el vacío que separa la vida y la muerte. Nada ni nadie iba a poder evitarlo.

A su espalda, una fría e inmensa niebla lo acechaba, como lo había estado haciendo todo este tiempo, persiguiéndolo por terrenos desiertos, teñidos de blancos y negros, y donde la única salida estaba al borde del abismo. Un salto al vacío.
Frente a él, yacía el mar. Un oscuro océano embravecido que rompía con fuerza contra las rocas que reposaban unos cien metros por debajo de sus pies. A lo lejos, el sol. La cálida y cegadora luz del sol, que se filtraba entre las nubes, como si un universo nuevo de colores y texturas se abriera paso ante lo que estaba a punto de suceder.

Había llegado la hora. No lo pensó dos veces. Era su único modo de pasar a mejor vida. Lucas se precipitó al vacío, y en pocos segundos todo terminó.

Abrió los ojos, y una blanquecina luz inundó sus pupilas. Lo primero que vio fue el tierno y dulce rostro de su madre, que le sonreía. A su lado, pudo discernir las facciones de su padre. Los dos lo abrazaron. Estaban distintos desde la última vez que los había visto. Y es que el tiempo pasa para todos, y Lucas también había cambiado en los cinco años que había estado en coma.
Por fin se había decidido a saltar al vacío. De la muerte a la vida. El salto definitivo.

5 de agosto de 2009

200

Cumplimos 200 entradas, 200 historias, 200 momentos… y la verdad es que cuando comencé el blog tenía la impresión de que se me agotarían las ideas para escribir, más temprano que tarde. Nunca imaginé llegar a las 200 entradas teniendo aún muchas cosas en el tintero para contar. De momento no me faltan las ideas, pero en este post, permitidme no contar nada. Sí, sólo quería reflejar la efeméride, y rendir un pequeño homenaje al blog y a todos vosotros. A los que os habéis dejado caer por aquí durante este tiempo. A los que habéis formado parte de estas 200 entradas, con vuestros comentarios. A los que estáis o habéis estado. A los que habéis hecho de esto, algo especial. Disculpadme si falta alguien, y no están todos los que deberían estar.


A por las próximas 200!!

3 de agosto de 2009

Acerola

Hoy quería hacer una breve recomendación, de la que se ha convertido ya en mi bebida no alcohólica favorita (mano a mano con el Nestea). Os hablo del zumo de acerola. Ya lo había tomado un par de veces, pero el otro día tomando algo con Shinichi y otros amigos, me pedí de nuevo un zumo de acerola, y lo pude corroborar. Me supo a gloria! Lástima que no lo tengan en todos los sitios, y siga siendo relativamente difícil encontrarlo.

Hasta hace poco no sabía qué era la acerola. Es un fruto un tanto extraño que puede parecerse a la cereza, a la manzana, o incluso a la naranja. Puede ser de distintos colores, desde el amarillo, pasando por el naranja, hasta el rojo pasión, y por dentro tiene gajos como un cítrico cualquiera. Además, parece ser que la acerola es la fuente más importante de vitamina C que existe. Interesante.

Pero lo más importante es que sus zumos están buenísimos! Nunca he comido el fruto como tal, y creo que, de hecho, nunca lo he visto a vender, pero el zumo es de lo mejor que he tomado. Su sabor es agridulce, no ácido, recuerda a la naranja, a la mandarina… pero es distinto a todo lo que he probado. Si alguna vez veis el zumo de acerola en la carta de algún café, no dudéis en probarlo.
Y si no tenéis esa suerte, podéis comprar el Minute Maid Antiox que lleva naranja, frambuesa, zanahoria, acerola y grosella, que aunque no sea lo mismo, está muy bueno también, y podéis intuir el sabor de la acerola. He dicho.