29 de enero de 2010

Dormir hasta que duelan los sueños...

Lo que daría yo por dormir hasta que me duelan los sueños. Lo que daría por descansar a pierna suelta durante veinticuatro horas seguidas, y olvidarme de todo. Lo que daría por acostarme sin pensar que al día siguiente tengo que madrugar para estudiar.
Creo que es lo que más necesito ahora: dormir, dormir bien, dormir mucho… pero es precisamente cuando menos tiempo tengo para ello. Pero bueno, ya queda menos…

¿Y no os parece preciosa la frase que titula esta entrada? Porque en cuanto la escuché por primera vez supe que tendría que publicarla algún día en mi rincón particular.
Se trata de un verso repetido en la canción Octubre, de un grupo casi desconocido llamado Ruidoblanco. Desde hace unas semanas, esta canción suena en mi reproductor a diario, como merecido descanso por mis arduas horas de estudio.

Ruidoblanco es un grupo catalán que descubrí hace muy poquito gracias a un amigo. No he escuchado más de tres o cuatro canciones de ellos, y a pesar de que aún no tienen disco en el mercado, están empezando a pisar fuerte en esto de la música.
La letra de Octubre me enamoró desde el principio. El videoclip esta muy cuidado, y he empezado a recomendar esta banda a todo el mundo, aún sin conocerla a fondo. A vosotros por supuesto también, porque me suenan francamente bien. Si os gusta el pop más tradicional, pero joven y original, dadles una oportunidad, escuchadlos.

Me despido anhelando ese día en el que pueda… “dormir hasta que me duelan los sueños... despertarme y haberlo olvidado todo...” que aún se antoja lejano.


28 de enero de 2010

¿Pocoyo-qué?

- ¿Pocoyo-qué? – pregunté yo pensando que se trataba de una nueva acepción del diccionario aún desconocida para mí.
- Pocoyoizarse, ¿te has Pocoyoizado ya? – inquirió de nuevo mi amiga.
- ¿Pocoyo-qué? – repetí con incredulidad.
- Sí, a ver, se trata de una página web, que te convierte en un personaje de Pocoyó.
- ¿De Pocoyó? – dije asombrado y espantado a partes iguales.
- Sí, la serie esa de animación infantil. – contestó ella pasmada por mi ignorancia.
- Ah, ahora entiendo porque le llamaban “Muchoyó”, a la estirada y engreída de clase. – respondí, pensando que hasta ahora yo no le encontraba el sentido al apodo en cuestión.
- ¿Te lo has hecho o no? - insistió ella.
- Pues no, de hecho no sabía ni de lo que me estabas hablando.
- Es muy gracioso, entra aquí, y te lo haces, ya veras como nos echamos unas risas. Cuélgalo en Facebook para que lo veamos!
- Vale. Total, sólo tengo que estudiar para cuatro exámenes, así que no tengo nada mejor que hacer.

Esta fue la conversación de chat que tuve con la chica que me reveló, hace unas semanas, qué era esto de pocoyoizarse.
Luego lo fui redescubriendo, al ver los avatares de muchos de mis amigos en la red social de turno, o algunas de vuestras personitas pocoyoizadas en vuestros respectivos blogs.
Yo ya lo había hecho hace días, pero no tenía demasiado interés en subirlo, ni siquiera al Fecebook como me exhortó mi amiga. Así que al ver que algunos de vosotros os estáis mostrando en versión dibujo animado, yo no iba a ser menos. Os presento a Yopopolin Pocoyoizado (parece un trabalenguas!!), el cual se parece a mí en el blanco de los ojos… ah no, ni en eso si quiera… que los Pocoyós no tienen!

25 de enero de 2010

Fifty words

Desde el blog de Saray me llega una propuesta original, divertida y sencilla, pero también muy difícil de completar. Porque aunque pueda parecer fácil definir tu vida con cincuenta palabras, a mi me han faltado 1000 para poder sintetizar muchos momentos de mi existencia, y plasmarlo aquí. No parecían suficientes para explicar lo que he sido durante mis veintitantos años de vida. Porque es muy simple ir poniendo palabras, pero cuando llegas a la número 50 y se te siguen viniendo a la cabeza cientos de vocablos que forman parte de tu vida, la cosa cambia. Esto es lo que he conseguido:

Familia. Mantita. Película. Chocolate. Pipas. Friolero. Leer. Hogar. Reír. Eterno estudiante. Nestea. Invierno. Nieve. Cenitas. Amigos. Singstar. Italia. Fotografía. Ok makey. Ombligo. Caricias. Berlín. Escritor frustrado. Perdidos. Miradas. Thriller. Freak. Biología. Diario. Recuerdos. Verano. Sueños. Carola. Fiestas. Mojito. Pop-rock. Libros. Serie-adicto. Perfeccionismo. Orden. Bandido. Guirrios. Navidad. León. Tortilla. Ciencia. Yopopolin.

Y desde aquí os invito a todos a que lo intentéis, a que pongáis en práctica este curioso juego. Espero vuestras cincuenta palabras.

22 de enero de 2010

Signature

Él acababa de firmar el acta de divorcio con la pluma de plata y ámbar que yo le había entregado como regalo de pedida, y fue en ese momento cuando volví a recordar la noche en que le encontré en la cama con mi hermana. Me rompió el corazón.
Tras su rúbrica, llegó mi turno. Le pedí prestada la pluma, como un último favor. Me resultaba gracioso terminar esta historia con el mismo objeto con que había empezado todo. Tomé en mi mano la pluma, no sólo para firmar mi separación, sino también mi venganza; y agotando las últimas fuerzas que me quedaban, se la clavé en el corazón. Ahora él sabe lo que se siente cuando te lo parten en dos.

18 de enero de 2010

El virus de la doble tilde

Dicho así parece cualquier cosa que me he sacado yo de la manga para un nuevo post, y aunque en el fondo no deja de ser eso, también se trata de un virus que me entró el otro día, me jodió la vida durante unas horas, y se fue por donde vino, no sin antes desesperarme un poco…
Se trata del archiconocido Virus de la doble tilde, que penetra en tu ordenador para hacerte la escritura imposible. Se dedica a interrumpir tus palabras, impidiendo que escribas las tildes correctamente… ¿Cómo lo hace? Pues muy fácil… As´´i. S´´i, amigos s´´i, el virus te coloca dos tildes antes de la vocal, sin darte opci´´on a la acentuaci´´on correcta. No sab´´eis lo molesto que puede llegar a ser!

Una vez que os habéis hecho una idea de lo que hace este maloso virus, vuelvo a escribir las tildes en su lugar (ahora que puedo).
Lo primero que hice fue comentarlo entre mis amigos y conocidos a través de Internet, para ver si les había ocurrido, o si tenían alguna solución al respecto. Sólo se rieron de mi problema, al contemplar mi gracioso modo de escribir (ya sab´´eis, as´´i). Me dijeron que no era un virus tan molesto, que nunca habían visto un virus tan simpático (no veas, a mí me hacía una gracia...), y que en realidad no importaba (supongo que esta gente no acentúa nada), pero es que a mí me dolía ver muchas palabras escritas!! Porque vamos aver, si no me da la gana de poner tilde a las palabras porque es un texto que no va a ningún lado, o porque es un borrador o algo así, pues muy bien… pero señores, lo hago porque yo quiero, no porque un virus me lo impida… dónde vamos a llegar!

El caso es que estuve un rato sin poder escribir correctamente, y me desesperé buscando por Internet información al respecto, un horror. Los expertos de foros especializados me ofrecían soluciones complicadísimas, que poco más y tengo que hacer un master para poder deshacerme del virus de las narices, porque me daban respuestas más que rebuscadas, dando al traste con todas mis esperanzas de arreglarlo de un modo fácil y rápido

Al final, haciendo caso omiso de las indicaciones de los entendidos en la materia, decidí descargarme este programita que tenía buena pinta, con la buena suerte de que conseguí eliminarlo a la primera. Volví a ser persona, y sólo pensé en resarcirme.
Me recreé en mi júbilo, y comencé a deleitarme con los términos más bellos de las letras hispánicas, aquellos que cuentan con la gráfica acentuación, y los que a día de hoy, con ímpetu y decisión, puedo escribir en toda su extensión. Y el diabólico virus, que se coma un mojón.

15 de enero de 2010

Grandes tetas

Últimamente he estado sopesando distintas formas de aumentar el número de visitas de este blog, mirando diferentes técnicas para incrementar las estadísticas, y poder llegar a más gente. Como conseguir todo esto a la vez es harto difícil, he borrado de mis objetivos lo de “llegar a más gente” y me voy a contentar con aumentar el número de visitas. ¿Y cómo lo voy a hacer? Pues muy fácil, con tan sólo cinco letras: TETAS!!!!

Me he dado cuenta de que hay algunos blogs que aparecen con millonarias cifras de visitas, y siempre son los mismos, los que desnudan su alma en cada post (y lo que no es el alma), y los que ponen toda la carne en el asador (nunca mejor dicho). Sí señores, los blogs más visitados son aquellos que tienen más tetas que caracteres, y esa es una realidad a la que no le podemos dar la espalda.
A parte de intentar incrementar mis visitas, este post va a servir también como concienzudo análisis de la conducta humana, ya sabéis lo que me gustan a mí estas cosas. Quiero decir con esto, que voy a estudiar muy mucho el número de visitas de estos días y de los que sigan, para comprobar mi teoría, y ver si es cierto lo que creo, que tiran más dos tetas que dos carretas.

A mis lectores habituales no tengo mucho más que contarles. Bueno sí, que no temáis por mi integridad, ni por la de mi retoño Y&R, porque seguiremos siendo los de siempre, esto no se va a convertir en un blog con advertencia de contenidos… lo de hoy sólo es un paréntesis, una prueba, un estudio sociológico, como se decía antaño de Gran hermano
Pero a todos aquellos que habéis llegado hasta aquí poniendo “grandes tetas” en el Google, sí tengo algo más que deciros… que no desesperéis, que lo prometido es deuda, que las grandes tetas las vais a tener, que este blog nunca divulga publicidad engañosa:

¿No era esto lo que buscabais?

12 de enero de 2010

¿Feliz año?

¿A estas alturas? Es algo que no acabo de entender bien… Vale, sé que se dice por educación, que cuando te encuentras a una persona a la que no ves desde el año pasado, se dice “feliz año”, pero es que a mí me parece que el “feliz año” se debería decir los 2 ó 3 primeros días, si no ¿qué sentido tiene? ¿Acaso si te encuentras en abril con alguien que no ves hace un año, le dices feliz año? Pues no, pues es lo mismo… Bueno, a día 12 de enero todavía lo tolero, pero es que esto se prolonga durante todo el santo mes.

A ver, no es que me moleste, pero es que hoy mismo he oído a una mujer hasta felicitar la Navidad! Pero por dios, felicita ya de paso el cumpleaños! Claro, como tampoco había visto a la persona en cuestión en Navidad, por eso ella felicita Navidad, año nuevo, reyes, santo y lo que se tercie… Madre mía, dónde vamos a llegar!
Que sepáis que yo sólo felicito el año los primeros días, y cuando alguien me lo dice por educación, yo respondo de igual modo. Pero desde hoy, me niego a felicitar el año a nadie a destiempo, menudas manías más tontas e incomprensibles que tiene la gente, apelando a la educación parecemos borregos!

Es que hay tantas cosas de este tipo que no me entran en la cabeza... Por ejemplo, lo de saludar a gente desconocida en los portales. Yo si encuentro a mi vecino, lógicamente le saludo, porque le conozco, pero es que en este país si entras a un portal y hay gente, tienes que decir buenos días/tardes por obligación, o el hola/hasta luego de rigor. Pero ¿por qué? Si a esa persona te la encuentras en la acera, fuera de los dominios del portal, y jamás la saludarías, porque es un completo extraño para ti! Es una regla no escrita, y aunque no entienda lo de saludar a desconocidos en un portal, al final por costumbre, educación o lo que sea, yo también acabo haciéndolo. Aunque me reviente.

Iba a terminar con un feliz año a todos, y esas cosas, pero no, que para algo yo ya os lo deseé a tiempo. Como debe ser.

9 de enero de 2010

Reír por no llorar...

Durante algún tiempo, “Reír por no llorar” ha sido como nuestra filosofía de vida. Nos lo repetíamos cuando algo nos atormentaba, y siempre nos acabábamos riendo. Me he llevado una gran sorpresa, cuando al escuchar esta canción, me he dado cuenta de que muchos versos parecen escritos por mí…

Porque a veces no puedo dormir, pensando en lo que hacer… porque a mi también me gustaría excusarme por lo que hice mal… porque no sé jugar a un juego sin sentido… porque me encantaría ver lo que hay detrás de tu mirada… porque no pretendo hacer cambiar tu manera de pensar… porque quiero que comprendas que en la vida hay algo más que crear la confusión en mi pobre corazón…

Siempre nos quedará reír por no llorar…

5 de enero de 2010

Magos

Con 7 años, el pequeño Manuel, al que todos llamaban Manu, seguía creyendo en los reyes magos. Antes de coger las vacaciones de Navidad, le dijeron en el recreo que los reyes no existían, que eran los padres. Se le vino el mundo encima, pero se negó creerlo. Él veía mucho más factible que los reyes pudiesen recorrer el mundo en una noche, dejando regalos a todos los niños. Porque si no, ¿quién se comía el turrón que él dejaba cada año para los reyes?

El 5 de enero, tras dejar la leche y el turrón sobre la mesa del salón y poner sus zapatillas bajo el árbol de Navidad, el niño se fue a la cama con un único propósito: Demostrarse a sí mismo que los reyes existían, y que papá y mamá no tenían nada que ver en todo eso. Por ello intentó no dormirse con todas sus fuerzas, sujetó sus párpados con los dedos, pero a pesar de sus esfuerzos, Morfeo venció.

Había pedido a los reyes una bicicleta y un parking de cuatro pisos con gasolinera, para jugar con su colección de coches. Quizás fue precisamente soñar con sus regalos, lo que hizo a Manuel despertar. Abrió los ojos y sonrío, pensando para sus adentros que tal vez no fuera demasiado tarde. Escuchó ruidos en el salón. Se acercó a la puerta entreabierta y vio a su padre tomándose la leche y comiéndose el turrón que él había dejado para Melchor, su rey mago favorito. Bajo el árbol había una caja cuadrada, envuelta en papel dorado. Pero ni rastro de la bicicleta. Una lágrima surcó su rostro al pensar que en el cole tenían razón. Volvió sin hacer ruido a su habitación.

Oyó a su padre acostarse, pero él ya no podía dormir. Cuando la casa yacía en silencio, un sonido extraño le sobresaltó. Se levantó de nuevo, y le faltó tiempo para plantarse ante la puerta del salón, ahora cerrada, y mirar a través del ojo de la cerradura. Allí estaba Melchor, que ayudado por Gaspar y Baltasar colocaban,
al lado del árbol, una bicicleta gigante con un radiante lazo rojo.
El pequeño fue corriendo a la cocina, llenó un vaso de leche y cogió unas galletas. Regresó al salón, abrió la puerta de par en par, y vio la flamante bici nueva, pero ni rastro de sus majestades. Manu sonrío. Por algo les llamaban magos.

1 de enero de 2010

Dos años de vida

En un día como hoy de hace dos años, nací. Fue un momento bonito e inolvidable. No nací de un útero, ni nada por el estilo, como vosotros los humanos; nací de una idea. Sí, sé que puede resultar raro, pero como nosotros, los blogs, nunca existimos físicamente, no es de extrañar que yo haya nacido de una idea, de la mente de un humano al que considero mi padre. Sí, un humano, una persona tan real como los que estáis leyendo mi primer post. Bueno, la verdad es que no sé si hay más especies capaces de leer lo que estoy escribiendo… tengo aún muchas asignaturas pendientes, papá me va enseñando poco a poco y, evidentemente, lo primero que quería que yo aprendiera era a escribir, a ver si así le saco las castañas del fuego cuando esté hasta arriba de trabajo y eso…

Como comprenderéis, ser un blog no es lo más fácil del mundo. Cuando nací, yo no sabía expresarme apenas, y he tenido que aprender de mi padre. Quieras o no, cuando eres un recién nacido, seas de la especie que seas, te falta vocabulario, es normal. Por eso durante este tiempo ha escrito mi padre, Yopopolin. Nunca quiere que le llame así, me dice que le llame bloguer, aunque a mí me gusta mucho más papá, pero bueno. En casa yo le llamo Yopo, que parece que no le disgusta, y todos tan contentos. El caso es que él ha sido el que ha logrado que yo esté lleno de vida, y que siga existiendo.

Al principio a mi padre le costó que yo progresara. No es que tuviera ningún problema de crecimiento, ni mucho menos, pero digamos que me resistía a dar el estirón. Durante mis primeros meses, apenas me visitaban, poca gente me conocía, y sólo los más cercanos me dejaban comentarios y opiniones. Pero mi padre echó el resto, y poco a poco fue llegando gente para quedarse. Papá empezó a hacer amigos por la red, amigos blogueros creo que le llaman. Yo no lo sé, porque nosotros, los blogs, no conocemos muy bien lo que es la amistad, pero mi padre dice que ha encontrado a gente muy maja con esto de tenerme y eso. Parece que ser padre, perdón, bloguer, une mucho, y que ves la vida de distinta forma, o algo… Lástima que yo no tenga ojos.

Durante estos dos años he crecido que es un primor, y eso que mi padre tenía sus dudas… y este último año ha sido muy especial para mi padre y también para mí. Me pusieron como ejemplo de blog en una web especializada… creo que es como una especie de premio o reconocimiento a la labor de papá, pero vamos, que si soy Blog del día, algo tendré que ver yo en todo esto, digo yo.
Bueno, a parte de eso, tengo una cosa que se llama “seguidores”, unos 60, que creo que sois los que estáis por aquí casi siempre. Además, he tenido tantas visitas que ya no sé dónde meterlas. El año pasado papá decía que me habían visitado 10.000 veces y ya estaba superfeliz… así que no sé que hará cuando le cuente que este año he superado yo solito las 25.000 visitas, lo que hace un total de más de 35.000 en estos dos años, sino he sumado mal, que puede ser, porque en mates aún estoy muy pez.

En 2009, mi padre ha escrito 111 entradas, y por fin, la 112 me la ha dejado escribir a mí. Dice que ya estoy preparado. Personalmente, creo que tiene miedo a que le quite el puesto, y que me leáis más a mí que a él.
A lo largo de este año, he sentido más apoyo que nunca, porque siempre me dejabais comentarios, y cada vez más! Yo alucino con vosotros, y papá utiliza otra palabra cuyo significado aún no comprendo del todo: dice que “flipa” con la de comentarios y halagos que dejáis. Así que no me lo malacostumbréis, que le quiero mucho, y yo sé que él a mí también.

Mi padre quería hacer algo especial para esta entrada, hacer un video, grabar un mensaje, o algo así… pero como yo ya tengo voz y voto, le dije que se olvidara de cursiladas y que me dejase escribir a mí. Aceptó a regañadientes, pero está feliz de que sea yo quien actualice, y quien os dé las gracias a todos por hacerme existir. ¿Quién mejor que yo, verdad? Por eso quería escribir en una fecha tan señalada…
Pero de momento, voy a darle la mano a mi padre, a Yopo, y dejar que él sea el que me guíe, el que escriba, y el que decida a dónde voy. A estas alturas, creo que sabe lo que hace.

Fdo: Yopopolin & reflections.
(Papá quiso dejar patente su nombre en el mío…)