26 de enero de 2014

En Ámsterdam también hablan inglés

Ya os he comentado lo útil que es aprender inglés a la hora de viajar, y lo pude comprobar de primera mano en mi última escapada al extranjero. Ahora vengo a reafirmarme en ello con mi nueva aventura, ¡en marzo me voy a Ámsterdam! ¿Os imagináis lo que sería visitar este destino si no estuviera el inglés de por medio para facilitarnos las cosas? Menos mal que los holandeses hablan inglés casi como el neerlandés, lo que hace que sea un destino ideal para practicar el idioma de Shakespeare. Yo hasta ahora ni me lo había planteado, pero investigando un poco me he percatado de que estudiar inglés en Holanda es una de las opciones más interesantes, ya sea mediante cursos o simplemente usando dicho idioma durante la estancia. 

Así que, en pocas semanas, me voy rumbo a Holanda para poner en práctica mi inglés y para conocer una zona de Europa que sin duda tiene mucho potencial, gracias a su gran oferta cultural, histórica, artística y de ocio. Holanda es la región más occidental de Países Bajos, donde se ubica Ámsterdam, y también otras ciudades tan apetecibles como La Haya o Delft. El idioma oficial es el neerlandés, que ya tuve el gusto de escuchar en Flandes, y que es totalmente ininteligible. Pero gracias a que son una comunidad de hablantes relativamente pequeña, se hace casi imprescindible aprender un segundo idioma, el inglés en la mayoría de los casos. Esto es algo que por desgracia no ocurre en España, porque el castellano es la segunda lengua del mundo teniendo en cuenta las personas que la tienen como materna, y la tercera en número de hablantes. Esta razón y, por supuesto, la dejadez de los sucesivos gobiernos en materia de educación, hacen que nuestro país no destaque en biligüismo precisamente. 

El caso es que Países Bajos se ha convertido en un destino perfecto para practicar idiomas, porque sus habitantes tienen un nivel muy bueno de inglés, pero sin ese acento british que muchas veces es una pequeña barrera. La mayor parte de la población habla un inglés fluido, desde los jóvenes hasta los ancianos, aunque en escolares y universitarios es mejor aún dado que reciben las clases en este idioma. Por lo que me han comentado también es muy fácil encontrar literatura en inglés, además de que siempre ofrecen todo tipo de indicaciones y servicios en esta lengua. Por tanto, es una alternativa a Irlanda o Inglaterra cada vez más solicitada para adquirir fluidez en este idioma, y por supuesto para hacer turismo sin tener que recurrir al lenguaje de los signos. 

Pero ahora me surgen un par de preguntas: ¿Ha estado alguien recientemente en Ámsterdam? ¿Alguno de vosotros ha estudiado inglés en Holanda? Sé que hay gente que me lee que ahora mismo trabaja por aquellas tierras, así que os animo a dar vuestra opinión del nivel de inglés en Países Bajos, de las mejores zonas para alojarse o de los lugares imprescindibles para visitar. Cualquier recomendación será de gran ayuda para planear este viaje, aunque Países Bajos es un lugar en el que todo parece funcionar a la perfección, por lo que no creo que tenga problemas para moverme por la zona. 

Mi idea es descubrir los canales de Ámsterdam y empaparme del ajetreo de la ciudad subido a una bicicleta. También sé que el transporte público funciona fenomenal, gracias a su extensa red de tranvía, por lo que puede ser una opción a tener en cuenta. Además, tengo interés en visitar el Museo de Van Gogh o la casa de Ana Frank, pero sobre todo disfrutar de esas casas ladeadas que parecen asomarse a los canales para verse reflejadas. También me gustaría acercarme a lugares de postal como Volendam o Zaanse Schans, donde están algunos de los famosos molinos holandeses. Tengo en mente hacer uso del tren para tal vez conocer La Haya o Utrecht, aunque no sé si son ciudades que merecen una visita o es preferible centrarse en Ámsterdam más tiempo. 

Por eso cualquier consejo es bienvenido, y como siempre será una gran ayuda para emprender este nuevo viaje a Ámsterdam. Un destino perfecto para poder perfeccionar el inglés. Un lugar único por debajo del nivel del mar, en el que los canales y las bicicletas son los protagonistas.

21 de enero de 2014

Grande Extremadura

He comenzado el año con buen pie en lo que a ocio se refiere. Hace unos días estuve en Extremadura, pisando una de las tierras más desconocidas para mi hasta ahora, comiendo muy bien, visitando grandiosos monumentos, disfrutando del buen tiempo y comiendo muy bien. Espera, eso ya lo había dicho. Pero sí, fueron unos días de turismo gastronómico también! :D

El destino principal era Mérida, aunque nos decantamos por coger el hotel en Cáceres, dado que había más variedad y mejores precios. Así también aprovechamos para conocer una pequeña joyita de nombre Ciudad Monumental que pone a Cáceres muy arriba en mi lista de destinos sorprendentes. Mi incultura alcanza niveles preocupantes en algunas cuestiones, y el patrimonio cultural es una de ellas. Resulta que la Ciudad Monumental de Cáceres fue la tercera de Europa en ser declarada Conjunto monumental, y también es Patrimonio de la Humanidad. Ahí es nada. La verdad que es una auténtica pasada y está muy bien conservada. Cruzar el Arco de la Estrella, que da acceso a la Ciudad Monumental, es como traspasar el umbral del tiempo y adentrarse en la Edad Media. Cuando cae la noche las calles son más bellas aún y la magia se hace presente, sientiendo algo especial en cada muro, en cada calle, en cada esquina. 

Cáceres fue la sorpresa sin duda, pero Mérida no nos dejó indiferentes. El Anfiteatro y sobre todo el Teatro Romano de Mérida bien merecen la visita. Te quedas sin palabras al contemplar la maestría con la que construían antaño, y esas obras de arte cuyos restos han llegado hasta nuestros días. Además es una ciudad con muchas cosillas para ver, ya que cuentan con otros restos romanos repartidos por la ciudad, un precioso acueducto en ruinas que tiene un encanto único, y por supuesto el Museo de Arte Romano, altamente recomendable. En Mérida también pudimos degustar unas cuantas exquisiteces extremeñas, como la morcilla típica, muy especiada pero riquísima, la torta del casar, la patatera, y por supuesto el auténtico jamón de pata negra. Sin palabras. Mención a parte merecen las migas, un plato que yo no había tenido la ocasión de probar, y que es muy sabroso.

La última parada del camino era Badajoz, completando así el trío extremeño por excelencia. Aunque seguro que nos quedaron otros sitios maravillosos por visitar, como Plasencia, Guadalupe o Trujillo, lugares de los que nos hablaron muy bien. De todos modos, Badajoz le puso una buena guinda al pastel, digo, al viaje. Es una ciudad con reminiscencias árabes que me sorprendió por su modernidad, su actividad comercial y sus rincones de ensueño. Es el caso de la Alcazaba, con una muralla totalmente paseable desde las que se tienen las mejores vistas de la ciudad. Lo mismo ocurre con la Plaza Alta, un lugar único que parece sacado de una ciudad argelí como poco. Sin duda, Badajoz tiene mucho más de lo que parece a simple vista.

Con esta escapadita corta comienzo el 2014 con ganas de más. Muy pronto tendréis noticias viajeras mías. Mientras tanto os tendréis que conformar con mi prosa de a pie, con mis andanzas del día a día, y mis retazos de vida en este mundo de locos... :D

1 de enero de 2014

Seis años de vida

Como cada uno de enero regreso para dedicarle un pequeño homenaje a este blog. Un diario de vida que me ha dado muchas alegrías, de modo que es un pequeño detalle, una tradición más que merecida. Como bien sabéis cada uno de enero es el aniversario de Yopopolin & Reflections, y hoy cumple 6 añitos. Ya es todo un hombrecito! :)

Es cierto que este año  no ha sido muy bueno en cuanto a contenidos, pero me resisto a abandonar porque el blog siempre es una vía de escape, un desahogo, una parte de mi. También he de decir que no es culpa mía, quiero decir, que el churrero suele cansarse de comer churros, y en casa del herrero cuchillo de palo. Como últimamente dedico mi vida a escribir varias horas al día, llega un momento que no se me ocurre nada cool para poner aquí, se esfuman las ideas y mis dedos no dan más de sí. Tampoco es una disculpa, simplemente una explicación de mis largas ausencias, que de vez en cuando logro subsanar con un post de 'sigo vivo, amigos'.

No obstante, organizarme mejor y poder escribir más aquí es uno de mis propósitos para el 2014. El año nuevo es tiempo de hacer esas promesas que nos hacen recordar que seguimos aquí, que podemos permitirnos listas de propósitos incumplidos. También es tiempo de empezar una nueva vida, caminar en otra dirección o retomar viejas manías. Es tiempo de intentarlo, de cambiar lo que no te gusta y recordar que el presente pasado está. Es tiempo de seguir adelante, siempre de la mano de este blog tan maravilloso que tengo, pero parar un ratito para reflexionar que hacer con nuestras vidas. Como dice esta canción, It's time to begin. ¡Feliz 2014!